El ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, aseguró este viernes que "aún no existe vinculación" entre los mexicanos detenidos con 750 kilogramos de cocaína en el partido de San Miguel y el Cartel de Sinaloa, uno de los principales de ese país, aunque la Policía investiga un posible enlace.
El operativo "Arco Iris", tal cual se denominó, se produjo en la tarde del jueves en un galpón del mencionado partido del noroeste del conurbano, donde además de la droga, se desarticuló una organización internacional que pretendía exportar los estupefacientes hacia España.
Pese a los dichos de Fernández, el jefe de la división Operaciones Federales, Miguel Angel Castro, indicó que los mexicanos "estarían vinculados" con el Cartel de Sinaloa, cuyo presunto jefe latinoamericano fue detenido en la megacausa por tráfico de efedrina desde la Argentina.
El ministro Fernández rescató el "trabajo conjunto que comenzó hace dos meses con una punta de información que produce la DEA -agencia estadounidense-".
"Hay un movimiento por parte de algún personaje mexicano pero nada nos indica que pertenezca al Cártel de Sinaloa", explicó el titular de la cartera de Justicia y Seguridad.
Sin embargo, tras los allanamientos producidos ayer en el conurbano y la Capital Federal, se logró detener a tres ciudadanos bolivianos, dos hombres y una mujer, pertenecientes a la misma banda delictiva.
Estas cinco personas recibían la droga proveniente de Bolivia, Perú y Colombia desde otra organización "cafetera", para almacenarla en el galpón, donde era custodiada por los mexicanos detenidos, quienes habían llegado a la Argentina hace 30 días.
La investigación policial determinó que el método de ocultamiento que iban a utilizar los narcos para exportar la mercadería a España eran dos hornos para la fabricación de cerámicas a gran escala, que nunca salieron de la Aduana.
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