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lunes, 20 de octubre de 2025

Para Verte Mejor: el Municipio de Tigre continúa fortaleciendo la salud visual de la comunidad

En Benavídez, autoridades comunales participaron de la actividad en la que entregaron más de 30 pares de lentes a alumnos y alumnas de las escuelas primarias N° 5 y N° 56. Los beneficiarios son estudiantes de los primeros y sextos grados de dichas instituciones.


El Municipio de Tigre realizó una nueva entrega de anteojos a alumnos de escuelas de gestión estatal de la ciudad. El evento, enmarcado en el programa “Para Verte Mejor”,  se llevó adelante en la localidad de Benavídez y estuvo encabezado por la secretaria de Desarrollo Social y Políticas de Inclusión, Gisela Zamora.

“Realizamos controles oftalmológicos a los niños de los primeros y sextos grados de todas las escuelas públicas del Municipio de Tigre. Los equipos de salud se acercan a las instituciones y a partir de su indicación los niños eligen sus lentes. Entregamos más de 1.500 anteojos en lo que va del 2025, esto permite que los niños puedan estudiar y aprender. El intendente Julio Zamora pregona las acciones de cuidado y apoyo a las infancias”, expresó Gisela Zamora.

Se trata de la quinta entrega del 2025. En esta oportunidad, el programa benefició a 33 alumnos y alumnas de 1ro y 6to grado de las escuelas primarias N° 5 y N° 56 del Municipio. La iniciativa local se lleva adelante de manera conjunta con las firmas Volkswagen y Óptica Visión Tigre.

Por su parte, la secretaria de la EP N° 56, Maria Fernanda Arredondo, destacó: “Le agradezco al Municipio por el apoyo a nuestros estudiantes, los lentes son muy importantes para el aprendizaje. En la escuela recibimos mucha colaboración de la comuna, siempre es

VOLVER A PLANIFICAR: TIGRE Y EL DESAFÍO DE PENSAR LA CIUDAD DEL FUTURO

 Por Diego Avancini

(Concejal de Tigre)


Desde la puesta en ejecución de la visión de futuro impulsada por el exintendente Ubieto hasta

la fecha, el crecimiento urbano de Tigre en las últimas décadas ha sido notable. Nuevos

barrios, polos comerciales, desarrollos residenciales y vías de conexión transformaron

profundamente la fisonomía del distrito. Sin embargo, el crecimiento no siempre equivale a

desarrollo. Una ciudad que crece sin planificación integral corre el riesgo de hipotecar su futuro

en términos de movilidad, ambiente, infraestructura y calidad de vida.

La planificación urbana moderna exige mirar más allá de la coyuntura. No se trata solo de

ejecutar obras o autorizar desarrollos, sino de definir de manera integral el uso del suelo,

prever el impacto ambiental, garantizar la adecuada relación entre densidad poblacional y

servicios, y asegurar una movilidad eficiente para todos los vecinos. Para lograrlo, es

necesario combinar herramientas técnicas con una visión política de largo plazo que ordene

el crecimiento y preserve la identidad de cada localidad.

Tigre tiene una ventaja enorme: cuenta con historia, identidad barrial y una geografía única

que combina río, verde y ciudad. Pero esa riqueza debe administrarse con criterio y previsión.

Planificar no significa frenar el crecimiento, sino orientarlo de manera inteligente, respetando

la capacidad del territorio, las normas de convivencia urbana y las necesidades reales de los

vecinos.

En los últimos meses, y especialmente desde la campaña electoral del pasado 7 de

septiembre, el debate sobre el ordenamiento territorial se ha visto teñido por el oportunismo

político. Es momento de superar esta lógica. El futuro urbano de Tigre no puede ser rehén de

disputas coyunturales ni utilizado como herramienta de especulación partidaria. Se requiere

madurez institucional para acordar, entre todas las fuerzas políticas, un mínimo consenso que

permita establecer una verdadera política de Estado en beneficio de los vecinos.

Ese consenso debe materializarse en un nuevo Código de Zonificación, moderno,

transparente y participativo. Un instrumento que ordene el crecimiento del municipio, equilibre

el desarrollo con la preservación ambiental y dé previsibilidad a quienes invierten, trabajan y

viven en Tigre. Un código construido con la participación de los vecinos y el diálogo político

necesario que una política estratégica como esta exige y merece.

Pensar Tigre hacia adelante implica recuperar una mirada estratégica. No hay desarrollo

genuino sin previsión, ni progreso real sin planificación. Las ciudades que prosperan no son

las que crecen más rápido, sino las que crecen mejor. Y ese es, sin duda, el desafío que

tenemos por delante.

Cuando la política deja de competir y empieza a planificar, los que ganan son los

vecinos. Ese es el camino que Tigre necesita.

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