Hace cuatro meses, Tigre tuvo una noche bien Santa

En el inicio del torneo Apertura, hizo un gol y lo defendió con todo

En el fútbol argentino actual, donde todo transcurre a la velocidad del sonido, cuatro meses son una eternidad. El que dude de esta afirmación, que se dé una vuelta por Núñez y pregunte cuánto le cambió la vida al River campeón del Clausura en apenas cuatro meses. No haría falta entrar en detalles, por eso muchos seguramente no recuerdan en detalle lo sucedido el domingo 10 de agosto de este año en el Nuevo Gasómetro. Aquella vez, el Apertura inició su recorrido para San Lorenzo y para Tigre, que hoy están en la antesala de un partido definitorio. Fue en el Nuevo Gasómetro, donde los dirigidos por Diego Cagna le dieron el puntapié inicial a una espectacular campaña y, además, comenzaron a demostrar que no les tenían miedo a los grandes. Tigre, se sabe, durante el campeonato venció a cuatro de ellos y empató con el restante (Racing). Y el primero de esos impactos fuertes lo dio en el estadio del Ciclón con un gol anotado por Jonathan Blanco a los 25 minutos del primer tiempo. El repaso debe dejar reflejado que el ganador convirtió su tanto y lo defendió como dijimos en esa oportunidad, "con uñas y dientes", pero también que el dueño de casa no mereció tanto castigo, pues fue dominador del trámite en buena parte de los noventa minutos y porque generó situaciones como para llevarse al menos un empate. Tras el 1-0, San Lorenzo fue a buscar la igualdad y si bien es cierto que le faltó claridad, terminó de redondear su jornada negativa cuando el travesaño devolvió un cabezazo de Bergessio que pedía red. Fue el debut de los dos en el torneo. Y desde entonces, muchas cosas cambiaron. En San Lorenzo, Russo todavía no podía contar ni con Barrientos, quien se perdió solamente dos encuentros de los diecinueve y fue el goleador del equipo con siete tantos, ni con Cristian Ledesma, ni con Santiago Solari. Esa tarde sí fueron titulares Sebastián Méndez, que completó apenas siete presencias en el certamen, Acevedo (jugó sólo cinco veces) y Romeo, quien estuvo en siete ocasiones. Por el lado de Tigre, Oliva y Villegas, titulares en el Nuevo Gasómetro, no tuvieron regularidad en la alineación inicial. Y aquella tarde, Martín Morel -goleador y figura del equipo- no apareció ni siquiera en el banco de suplentes, mientras que Altobelli integró el plantel pero no ingresó y el Vasco Arruabarrena únicamente faltó esa vez, ya que luego se transformó en titular inamovible. Cuatro meses después volverán a verse las caras, pero en el estadio de Vélez y con ambiciones muy distintas. El 10 de agosto lo que querían era empezar de la mejor manera, poner el primer ladrillo y soñar. Hoy, es cierto, también debutarán, aunque en una carrera muy corta y decisiva: en el triangular que determinará quién es el campeón.