FUE PROCESADO POR "DOBLE HOMICIDIO". Los peritos consideraron que sabía lo que hacía cuando atacó.
Al momento de los hechos poseía la suficiente autonomía psíquica como para
comprender la criminalidad del acto y asimismo dirigir sus acciones". El informe del Cuerpo Médico Forense llegó al juzgado de María Cristina Bértola el jueves al mediodía. Era la última prueba importante que faltaba. Con ella, la jueza procesó ayer por "doble homicidio" al albañil Herminio Cantero (59).
El 14 de marzo, Cantero atacó a cuchilladas a la abogada laboralista Marta Charaf (62) y a su secretario, Jorge Lascurayn (60), en el estudio de mediación de la mujer, en el barrio de Retiro.
Los dos murieron casi de inmediato.
"Ah, bueno, doctora", le dijo Cantero a Charaf cuando ésta le informó que los abogados de la contraparte (una empresa constructora) no habían aparecido a la conciliación. La abogada le explicó además que, como era la segunda audiencia fallida, debía empezar el juicio si quería seguir adelante con su reclamo.
La palabra "juicio" lo enfureció. Sacó un gran cuchillo de una bolsa de papel y atacó primero a Charaf (cinco puñaladas) y luego al secretario (dos puñaladas). Cuando un policía lo detuvo en la planta baja del edificio (Paraguay 643) sólo dijo:
"Perdí".
Cantero vivía solo en una piecita que alquilaba por 150 pesos mensuales en un barrio humilde de Grand Bourg. Casi no hablaba con nadie y creía que todo el mundo quería robarle. A su vecina más cercana le contó que era chaqueño y que se había peleado con su familia por sus problemas con la bebida.
Su alcoholismo esta mencionado en el informe psiquiátrico de los forenses. Sin embargo, de acuerdo a los médicos
no hay indicios de que al momento de los crímenes hubiera estado borracho. "De hecho llegó al estudio de Charaf tres horas antes de la cita. Y allí no tomó nada", explicaron fuentes judiciales.
Los médicos fueron concluyentes sobre la imputabilidad de Cantero en su informe, de realización obligatoria dado que al acusado se le imputa un delito con penas mayores de 10 años. Sostuvieron: "Sus facultades mentales son normales desde una perspectiva psicojurídica".
Según reconstruye la jueza Bértola, Cantero acusaba a una constructora de deberle plata. Así se lo dijo el albañil a su primera abogada, Pamela Ruiz Perello, a la que llegó porque vio el cartel en la puerta de su estudio de Grand Bourg.
Ruiz Perello lo acompañó a la primera audiencia de conciliación en lo de Charaf, el 15 de febrero. Pero ésta fracasó y se fijó como nueva fecha el 14 de marzo, pero Ruiz Perello dejó el caso luego de que Cantero la acusara de traicionarlo.
El día de los crímenes el albañil se encontró con una nueva abogada (una amiga de la anterior) y eso no contribuyó a calmarlo. "Estaba como sacado", recordaría luego la segunda abogada, Daniela Freijo. Por estos días no parece haber encontrado calma: el fin de semana pasado intentó ahorcarse con un pulóver en su celda.
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