Tigre, con las garras afiladas y el orgullo de ser puntero

Si bien es prematuro decir que este Tigre es cosa seria, lo que mostró hasta ahora hace que de ninguna manera se lo pueda descartar para estar prendido en la pelea mayor que, básicamente, lo tiene a Boca y también a San Lorenzo como máximos aspirantes. De hecho, el triunfo de anoche ante los jujeños por 1 a 0, tan ajustado como genuino, lo hizo saltar a la punta en soledad, al menos hasta hoy cuando juegue el equipo de Miguel Angel Russo de local ante Arsenal... ¿Qué tiene este Tigre hacer realidad el sueño de obtener por primera vez un título en la era profesional? A falta de nombres rutilantes, cuenta con un plantel que hace de la solidaridad en el campo de juego un culto. Se nota claramente que el juego en equipo y la entrega son sus principales rasgos.Y, encima, en estas primeras fechas contó con el valor agregado de tener de su lado a un Martín Morel inspirado, que hace claramente la diferencia. El enganche que trajo al club Ricardo Caruso Lombardi desde el Sportivo las Parejas acumula media docena de festejos, uno menos que el goleador del Apertura, el delantero de Lanús, José Sand. Le marcó dos al Gimnasia platense, uno a San Martín, un par a Boca en la mismísima Bombonera y el de ayer. Tigre le está sacando provecho a sus piernas calientes. Vale la prueba de anoche: el gol, a los 6 minutos de juego, pese a que su pierna más hábil es la derecha, Morel lo consiguió con un zurdazo cruzado (previo error de Gabriel Loeschbor) en el que nada tuvo que hacer el debutante Gastón Pezzutti. Existe un punto que puede ser negativo o positivo, según cómo se lo mire. Y ese punto es la sequía goleadora de sus delanteros. En lo que va del torneo, solamente hubo un gol de un delantero, el que le hizo Carlos Luna en la fecha pasada a Boca. El único. Lo que será, entonces, el equipo de Diego Cagna cuando a los de arriba, Leonel Altobelli o Leandro Lazzaro (ayer no estuvo ni en el banco por una gastroenterocolitis) se les abra el arco, ¿no? En Victoria todos afirman que el gran arranque del equipo también tiene respaldo desde afuera, desde el banco: Cagna. Armó un plantel sumamente parejito, en el que prácticamente no hay titulares indiscutibles. Herencia de su paso por Boca, el entrenador de Tigre sabe emular muy bien al ultraexitoso Carlos Bianchi: tiene a todo el mundo motivado, a los que juegan y a los que no, también. Entonces, no sorprende que los que entren desde el banco para reemplazar a compañeros suspendidos o lesionados lo hagan igual o mejor que los "titulares"... Anoche, por ejemplo, estuvieron ausentes jugadores que en el Apertura tuvieron mucha acción, como José San Román, Sebastián Rusculleda, Pablo Fontanello o el propio Lazzaro. En tren de sumar datos alentadores para el futuro, tampoco hay que perder de vista que ya se enfrentó a todos los equipos que están arriba: les ganó a Boca y a San Lorenzo, empató con Vélez en Liniers y solamente perdió como local ante los tucumanos. A su vez, sólo le falta jugar contra dos grandes: Independiente en la fecha 12 y con River en la anteúltima fecha, ambos como local. Ayer se encontró con un rival que intentó jugar a la pelota contra el piso, pero le faltó peso ofensivo. Los jujeños jamás inquietaron a Pablo Islas. Y se les hizo más cuesta arriba cuando al promediar la segunda parte se fue expulsado Pieters (sobre el final Ramasco también vio la roja). En cambio Tigre tuvo chances nítidas para estirar la mínima ventaja, pero Pezzutti le tapó un mano a mano a Morel y Altobelli erró un frentazo desde una posición inmejorable. Tigre está arriba y quiere más. Es cierto que falta mucho. Sin embargo, por ahora no le está yendo nada mal. Al contrario. Cada fecha que pasa parece que pisa más fuerte. Por ahí sin tanto fútbol, pero sí con mucha generosidad y con oficio. Habrá que ver si con estos atributos le alcanza...