REPRESION-ESMA-JUICIO-DETALLES/ INSULTOS PARA FEBRES Y CRITICAS POR DIVISION DE MEGACAUSA

El represor de la ESMA Héctor Febres soportó impávido los gritos de “asesino” y “genocida” proferidos en varias ocasiones por el público que asistió al juicio en su contra en los tribunales porteños del barrio de Retiro. Incluso no mostró ningún malestar cuando debió ser retirado de la sala a raíz del griterío y los cánticos en su contra durante un cuarto intermedio obligado, a raíz de un desperfecto en el sistema de grabación de las audiencias. Como ya en la mañana, el presidente del Tribunal Guillermo Gordo había advertido que no se tolerarían aplausos ni gritos en presencia de los jueces, los militantes de organismos de derechos humanos aprovecharon ese momento en que los magistrados se retiraron de la sala para hacerse oír. “Olé, olé, ole, olá, adonde vayan los iremos a buscar”, “asesino”, “genocida”, comenzaron a entonar, hasta que la policía se llevó a Febres de la sala y sólo volvió cuando el desperfecto estuvo solucionado y pudo seguir el juicio. Febres había concurrido sólo al inicio del debate, para escuchar la acusación en su contra y negarse a declarar, por lo que se lo vio después de varias semanas. Nuevamente entró sin esposas y se ubicó detrás de sus abogados. “Se lo trae sin esposas como se trae a presos pobres”, además de mantenerlo detenido en “una privilegiada cuna de oro” como es el Delta, aprovechó para quejarse en su alegato la abogada Miriam Bregman. Tanto Bregman como el querellante Rodolfo Yanzón criticaron con dureza la decisión de separar la megacausa ESMA. La postura fue “muy crítica de cómo se llega a este debate en la presente causa y a la hora de pedir condena tiene consecuencias, las enfrentamos y, creemos que este juicio trató de ser el árbol que tapa el bosque”, sentenció Bregman. La fiscal Mirna Goransky solicitó una pena de 25 años para el ex prefecto Héctor Febrés, por los delitos de “lesa humanidad” cometidos en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), centro de detención clandestino, al que consideró “un engranaje” en el marco de “un genocidio” perpetrado en la dictadura militar. Lo hizo en la ronda de alegados del juicio oral y público que sustancia el Tribunal Oral en lo Federal Cinco (TOF5) en el que la representante del ministerio público afirmó que “las fuerzas armadas, durante el terrorismo de Estado, diseñaron un plan de exterminio de su propio pueblo”. Sostuvo además que Febrés practicó “incontables felonías” en ese centro clandestino de detención donde se atormentaban “los cuerpos y espíritus” de los ilegales prisioneros. En un extenso, pormenorizado y documentado alegato -que debió interrumpir unos minutos “por cansancio” cuando ya llevaba dos horas de exposición-, Goransky reseñó cada uno de los hechos que imputó a Febrés por los que finalmente pidió su condena por los secuestros, tormentos y “condiciones inhumanas de detención” a que fueron sometidas sus víctimas. En el primer juicio oral tras la derogación y declaración de nulidad de las polémicas leyes de obediencia debida y punto final, en el que se ventilan los hechos ocurridos en la ESMA , Febrés es el único imputado pero “el autor no es él solo”, dijo Goransky. La fiscal recordó que los hechos aquí juzgados “tampoco son todos los que se cometieron en ese campo de exterminio donde se esclavizaba a los prisioneros”. “Las víctimas de la ESMA no son sólo ellos -en referencia a Carlos Lordkipanidse, Josefa Prada de Olivieri, Carlos Alberto García y Alfredo Margari, las víctimas en este juicio-, el autor no es sólo Febrés y los hechos tampoco son todos”, al reiterar sus críticas ante la negativa del TOF5 a unificar todas las causas. La representante del ministerio público sostuvo que la ESMA debía ser un “instituto de formación” que pasó a tener “durante el terrorismo de Estado, la siniestra función” de convertirse en un “campo de exterminio donde se esclavizaba a las personas”. Asismismo, advirtió que el juicio “nos permitió a nosotros ver lo que ellos (los prisioneros) no podían porque estaban tabicados y encapuchados”. También criticó a Febrés por el “vergonzoso silencio” que guarda sobre el “destino de los niños” que nacieron en la maternidad clandestina que funcionaba en la ESMA donde eran llevadas a parir las secuestradas embarazadas y perversamente bautizada “la Sardá de la Armada”. Entre los testimonios recogidos durante el debate, la fiscal recordó uno que relataba como Febrés, también conocido como “el gordo Daniel” o “Selva” (por reunir el “salvajismo de todos los animales juntos” al decir de otros represores), había torturado a un discapacitado “en un episodio macabro”. Tras reiterar en varias oportunidades la “impunidad con que actuaron las fuerzas armadas y de seguridad durante el terrorismo de Estado”, la fiscal insistió en que los hechos juzgados “son delitos de ‘lesa humanidad’ que se enmarcan en un genocidio en el cual la ESMA fue un engranaje”. Luego de los alegatos de las querellas y de la fiscalía, el TOF5 pasó a cuarto intermedio hasta el martes próximo ocasión en la que el Defensor Oficial Víctor Valle efectuará la asistencia técnica de Febrés; mientras que el 14 de diciembre se conocerá el veredicto y el 21 el texto íntegro de los fundamentos de la sentencia. Durante la audiencia Febrés procuró no mirar a Goransky y fijó su atención en una pantalla de plasma, ubicada sobre una pared lateral, donde se retransmitían las imágenes del juicio por circuito cerrado de televisión, aunque en algún momento pareció que cerraba sus ojos. Su ingreso a la Sala de Audiencias tuvo algún ligero traspié ya que, por su voluminosa figura que lo hace caminar con dificultad, trastabilló con un escalón y casi cae de bruces pero y fue rápidamente auxiliado por dos efectivos de Prefectura. Son los dos oficiales de esa fuerza de seguridad quienes, vestidos de civil, lo custodian y trasladan desde la base del Tigre donde está detenido hasta los tribunales de la zona de Retiro los días de las audiencias de alegatos y los que lo llevan de regreso a su lugar de cautiverio. En la víspera ambas querellas habían coincidido en reclamar, también, que se le impongan 25 años de prisión y la abogada Mariam Bregman (en representación de Lordkipanidse) afirmó, tal como lo hizo la fiscal, en que Bergés “sigue guardando silencio sobre el destino de bebés robados y sus padres”. Por su parte los letrados Rodolfo Yanzón y Luz Palmas Zaldúa, también se lamentaron que Febrés haya llegado a juicio sólo por cuatro hechos, ya que “para que no haya impunidad” tendría que ser juzgado junto a muchos otros represores como Alfredo Astiz, Jorge Acosta, Antonio Pernías “por todos los casos” de delitos de lesa humanidad cometidos en la última dictadura, añadió.