El dueño de Farallón salió al cruce de los dichos del Intendente, quien lo objetó como funcionario público. Lo criticó con dureza y dejó traslucir manejos poco claros en la obra pública, entre ellas la de la peatonal.
La supuesta guerra entre empresarios del Kilómetro 50 incluye ahora un nuevo participante: el intendente Zúccaro, quien fue blanco de una serie de comentarios de parte del empresario Eduardo Gutiérrez, dueño del grupo inmobiliario Farallón.
La aparición de Gutiérrez, ex secretario de Gobierno de Bivort, no es casual. El pasado miércoles recibió una cachetada de Zúccaro, quien lo acusó de haber canjeado tierras que no existen a favor del emprendimiento Estancias de Pilar.
Ni lerdo ni perezoso, el empresario salió a aclararle al jefe comunal que “entra por un mal camino si quiere desempolvar el pasado, porque yo al pasado me lo acuerdo perfectamente”.
Aclarando el punto Gutiérrez sostuvo que Zúccaro “habla del canje de unas tierras de la época del gobierno de Bivort, cuando él convalidó esa operación siendo presidente de bloque del PJ. La realidad es que él era presidente del bloque en el Concejo Deliberante y convalidó todo lo que se hizo en esa época”.
No conforme aclaró con fuerza: “Yo no vendí absolutamente nada y todo lo que yo firmé estuvo convalidado por él. Desempolvar el pasado es lo peor que Zúccaro puede hacer”.
Luego, y recogiendo el guante, dijo que “si se mete con el pasado, yo debería contar que me fui de ese gobierno y de esa gestión no por Sergio Bivort, sino por los manejos que había en el Concejo Deliberante, cuando comenzaron todas las privatizaciones”.
Kilómetro 50: el detonante
En diálogo, el dueño de Farallón descartó de plano que la discusión por la obra de la calle Chubut tenga que ver con una pelea de empresarios, idea que instaló Zúccaro el pasado miércoles.
“Esto no tiene nada que ver con una pelea de intereses empresarios, porque yo hace más de cuatro años que no hago ni empiezo ninguna obra en el distrito, así que no veo el interés empresario del que ellos hablan”, remarcó Gutiérrez.
“Esto no es un tema empresario sino un tema político pero no partidario, sino de políticas. Cuando yo le di mi apoyo y acepté acompañarlo nos planteamos un gobierno que hiciera crecer al distrito, y eso no es lo que está ocurriendo”, remarcó el inversor.
En tal sentido el dueño de Farallón insistió en que “lo del Kilómetro 50 fue el detonante de ese escenario”, al tiempo que se refirió a la polémica ordenanza 290/03: “Yo, en calidad de empresario inmobiliario, me enteré de la existencia de esa ordenanza en los primeros meses de este año, cuando un concejal me trajo el material para que lo viera”.
“Imaginen a partir de eso la cantidad de cosas que hay detrás. Yo quiero reglas de juego transparentes y esto no es una lucha descarnada entre empresarios. Esto es una lucha por el modelo de distrito o de ciudad que nosotros queremos para los próximos 50 años”, avanzó el inversor inmobiliario.
Hay contacto
La nota, sirvió además para que Eduardo Gutiérrez reconociera una serie de contactos con Zúccaro cuando arrancó el conflicto por la obra de Downtown Pilar.
“La realidad es que yo hablé muchísimo con Zúccaro y he tenido reuniones en donde le dije las cosas como son, inclusive el mismo día en que se hizo la conferencia de prensa mantuvimos una charla por teléfono”, indicó el empresario, al tiempo que evaluó el panorama asegurando que “él tiene un mal asesoramiento y que quiere seguir por ese camino”.
Citando ejemplos el dueño de Farallón salió a plantear dudas sobre obras emblemáticas para el Gobierno, como el tramo de peatonal que se construyó sobre la calle Rivadavia, entre Lorenzo López e Independencia.
“Me gustaría saber por qué el proyecto tan nefasto de la peatonal, realizado por gente que quiere jugar a ser planificadores, no se hizo por licitación pública y en cambio se llamó a dos licitaciones privadas”, dijo Gutiérrez.
No conforme agregó que “tendrían que explicar de quién es la empresa que lo hizo, que se armó unos días antes de esa licitación y que continúa trabajando en un montón de obras del Municipio”.
“Deberían explicar por qué hubo que hacer de nuevo la entrada a Pilar por la Ruta 25, que a los pocos meses hubo que hacerla de nuevo. Sería bueno que expliquen además quién hizo la obra del Lope de Vega, entre tantas otras”, consideró el inversor.
Futuro político
Gutiérrez, que también es presidente del PJ local, se animó a una declama de lo que evidentemente será su futuro político, al asegurar que apoyará “a los proyectos que sean buenos para el distrito”. Dando un evidente paso al costado del PJ aclaró que “no necesito ser el presidente del PJ para hablar”.
“Yo en Humberto tenía muchísima confianza, pero todo esto me ha desconcertado, inclusive cuando se dirige a mi en términos amenazantes y patoteriles. Inclusive ya me amenazaron que van a venir a verme al Bureau (el edificio donde funcionan las oficinas de Farallón)”, insistió Gutiérrez.
Cerrando la nota y sembrando un cono de sombra sobre el accionar del gobierno local, el dueño de Farallón dijo estar “lejos de este gobierno, porque no quiero que mi nombre se vea asociado con estas maniobras que no me gustan y no comparto. Yo ya no estoy en la vida para cosas como esas”, cerró el empresario.