Una mujer que envió en el año 2010 a su hijo al maternal Tribilín, donde se generaban brutales maltratos hacia los menores, afirmó que "es seguro" que acá hubo coimas. "Nadie no puede ver esa esquina, está a 20 cuadras de la municipalidad de San Isidro". El Intendente, por su parte, deslindó responsabilidades.
"Para mí hubo connivencia municipal, le guste a quien le guste", aseveró Andrea, madre de un niño que asistió al Jardín de Infantes Tribilín de San Isidro, allanado ayer tras las contundentes pruebas de maltratos a los que eran sometidos por presuntas maestras bebés y niños.
"Nadie no puede ver esa esquina, está a 20 cuadras de la municipalidad", agregó la mujer, indicando que desde hace años que funciona el establecimiento sin ningún problema a pesar de no tener habilitación.
En este sentido, Andrea prosiguió: "Si vos ponés una bolsa de cemento en la puerta de tu casa, te caen los inspectores; acá hay obras, ¿dónde tenés el cartel? Con semejante estructura y con el movimiento de chicos, ¿nadie vio nadie en 17 años?, se preguntó a la vez que destacó: "Es seguro" que acá hubo coimas.
Por último, indicó en declaraciones televisivas que "la municipalidad debería proveer un listado de establecimientos habilitados", para que estas situaciones no se vuelvan a repetir.
Por su parte, el Intendente de San Isidro Gustavo Posse (UCR) afirmó que la Municipalidad, por ley, "no puede controlar al sector docente".
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