El presunto agresor fue buscado por la policía y captado a través de las cámaras de seguridad del Municipio de Tigre, gracias a las cuales fue posible saber hacia dónde iba después de cometer los crímenes.
Romina Martínez y Juan Carlos Cardozo habían vivido juntos en Garín, Partido de Escobar. Romina tenía una hija de una pareja anterior (María Sol, de 6 años) y una hija en común, de 3 años.
La joven había denunciado al padre de su hija menor por violencia doméstica en la Comisaría de Garín. Lamentablemente, no hay registro de denuncia en Tigre, por lo cual Romina hubiese tenido el Dispositivo portátil de Alerta para Mujeres Agredidas (DAMA).
Separada de Cardozo, Martínez se había mudado con sus dos hijas a lo de su abuela, Hilda Hamm, 76 años, y su hermana María Florencia Martínez, de 15 años, a su casa en Benavídez, donde se sentía más segura. Hasta allí fue Cardozo a buscarla. Romina y su hija en común estaban en la casa de enfrente.
El acusado fue apresado por la policía en Escobar, gracias al aporte clave de las cámaras de seguridad de Tigre que pudieron filmar al autor de la masacre escapando hacia la localidad mencionada. El detenido se encuentra a disposición del fiscal de instrucción de Benavídez, Jorge Fitipaldi, quien está a cargo de revisar la escena del crimen y realizar los estudios forenses.
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