"La mayoría de los lugares son para disfrutar en una escapada por un día o dos con el fin de encontrar el descanso, la aventura, el conocimiento y romper con la rutina", destaca la Secretaría de Turismo, que diseñó un folleto "pocket" gratuito que puede conseguirse en la Casa de la Provincia de Buenos Aires y en los micros turísticos de Capital Federal.
Sin recorrer más de 250 kilómetros -suficientes para alejarse del ruido- hay museos, pulperías, estancias, pueblos rurales cargados de historia, ríos, lagunas y arroyos, algunos entre los verdes de la llanura y otros formando atractivas costas de centros urbanos.
Una de las propuestas es "internarse en el laberinto natural y exuberante del delta del Paraná, entre islas, ríos y arroyos, que invitan al relax y también a la aventura".
El itinerario invita a descubrir la traza, los barrios, las mansiones, monumentos y edificios que encierran la historia y la cultura de pueblos y ciudades, que suelen pasar inadvertidos al viajero distraído, algo que no sucede cuando sale al exterior.
El gobierno bonaerense ha ubicado al sector turístico "en un espacio de privilegio" para la reactivación económica, por lo que una de sus prioridades es promover la actividad durante todo el año, explica el secretario del área, Ignacio Crotto.
Varias de esas propuestas están en el norte del Gran Buenos Aires, como Olivos -cabecera del partido de Vicente López-, que alberga la residencia presidencial y un importante puerto deportivo. Imperdible aquí el paseo por la costa.
La residencial San Isidro destaca por su zona náutica sobre el Río de la Plata, su casco histórico, su catedral neogótica y su hipódromo, el más importante de Latinoamérica. Además, es sede de importantes clubes y torneos de golf y rugby.
En San Isidro también está la Villa Victoria Ocampo, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Imperdibles: el casco histórico y el hipódromo.
San Fernando, "Capital Nacional de la Náutica" por sus clubes, marinas y astilleros, conserva en sus calles arboladas casonas que pertenecieron a destacadas familias argentinas, convertidas hoy en residencias religiosas o centros culturales. Por su flora y fauna autóctonas, las islas son una Reserva de Biosfera de UNESCO.
Tigre, portal del Delta, es la primera zona de islas salpicadas por construcciones ribereñas que se mezclan con lo agreste del paisaje, que se pueden recorrer embarcando en el puerto fluvial.
Hay también un importante mercado de productos artesanales, gran cantidad de hoteles, restaurantes y variados recreos para practicar gran cantidad de deportes náuticos. Imperdibles: el Puerto de Frutos, el Paseo Victorica y los paseos en catamarán.
Un poco más allá de la ciudad de Buenos Aires está Escobar, la "Capital Nacional de la Flor", con sus establecimientos rurales y viveros, paseos en lancha, viajes por las islas y actividades náuticas.
A un paso sigue Campana, "cuna del automóvil argentino", asentada sobre la margen derecha del Paraná de las Palmas y sede de variadas e importantes fábricas. Allí se puede alquilar botes para salidas de pesca embarcada o disfrutar del balneario municipal. Desde el puerto parten lanchas colectivas hacia los recreos isleños. Imperdibles: los Recreos sobre la costa y el Museo del Automóvil.
Otra alternativa es Zárate, en la costa del mismo río, con sus diversos paisajes naturales y atractivos histórico-culturales enmarcados por el complejo ferrovial Zarate-Brazo Largo.
En la misma zona, Exaltación de La Cruz distingue con su ciudad cabecera, Capilla del Señor, declarada Bien de Interés Histórico Nacional en 1994. Su entorno rural y su patrimonio edilicio se pueden disfrutar en los imperdibles paseos en globos aerostáticos.
Algo al sudoeste, Luján mantiene costumbres y tradiciones del pasado, especialmente en el pueblo histórico de Carlos Keen, con edificios de 1800, almacenes de campo, restaurantes de gastronomía criolla y espectáculos de doma y folclore.
Luján es además el mayor centro de peregrinación religiosa del país por su Basílica, a la que acuden miles de feligreses durante todo el año, más allá de la multitudinaria peregrinación anual.
Unos kilómetros al oeste está San Andrés de Giles, una antigua población bonaerense con grandes atractivos en el área rural, en los pueblos y las estaciones de ferrocarril y vértice de un triángulo con Carmen y San Antonio de Areco, que tienen lo suyo.
El estilo típicamente pampeano de Carmen de Areco, con estancias, cabañas y granjas, invita cordialmente al descanso. Además de la ciudad, con su plaza, Palacio Municipal e iglesia, se puede conocer el pueblo de Gouin, sede la Fiesta Provincial del Pastel.
San Antonio de Areco, "santuario gaucho", es uno de los pueblos más antiguos y característicos de nuestro campo. Su plaza rodeada de adoquines, veredas angostas y nostálgicas casonas devuelven al visitante magníficas imágenes del pasado cultural de las pampas. Imperdibles: los días de campo en alguna estancia.
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