El balance tras la primera etapa del certamen de rugby de Buenos Aires resultó, en líneas generales, mayormente auspicioso.
Al cabo de siete semanas de competencia, la primera categoría de la URBA logró arrojar algunos conceptos alentadores, no sólo por la motivación con la que se encararon casi todos sus compromisos, sino también por la ratificación de aquellos talentos que venían pidiendo pista desde hace algún tiempo.
A diferencia de otras temporadas, los equipos debieron acomodarse este año a una estructura novedosa, caracterizada por la conformación de tres zonas, en las que, sin embargo, pudieron observarse actuaciones variadas, y en ocasiones, dotadas de importantes niveles de paridad.
Como era de esperar, ninguno de los “grandes” se quedó al margen de la instancia de definiciones, aunque el camino no resultó plenamente accesible para ellos, a excepción tal vez de Hindú y el CASI, quienes terminaron consagrándose como los más incisivos.
El conjunto de Don Torcuato - vigente defensor de tres títulos consecutivos - culminó al frente de la Zona A, después de un balance notable de seis victorias y apenas una derrota.
El último campeón mostró también alguna que otra irregularidad en lo que respecta a su juego, moviéndose de la contundencia de las primeras jornadas a resultados posteriores menos abultados.
Pero de todas formas, Hindú ratificó su enorme potencial; mejoró por momentos su performance y además se adaptó a las bajas, a veces demasiado pronunciadas, a raíz de las lesiones y de las convocatorias a los diferentes seleccionados.
Mención especial requiere, en tanto, la actuación que culminó redondeando Atlético del Rosario durante las últimas jornadas.
Sólo una diferencia de tantos separó a los de Plaza Jewell de sus pares de Hindú, concretando un balance casi similar, con puntos altísimos, como por ejemplo, las sostenidas actuaciones de Martín Rodríguez Gurruchaga, su pieza más desequilibrante.
Por la Zona A también clasificaron Belgrano Athletic y CUBA, dos planteles dispares, pero que dejaron en evidencia muy buenos pasajes de cara a lo que se viene.
Por el lado de la Zona B, Pucará sorprendió por la continuidad que pudo darle a su juego, frente a rivales de peso como Alumni, La Plata y Newman.
Los de Burzaco tuvieron un comienzo demoledor, con resultados que colmaron de entusiasmo a sus protagonistas, y terminaron su recorrido con buenos síntomas, aunque desgastados por el importante despliegue previamente realizado.
Similar fue en cambio el panorama que protagonizaron sus tres principales seguidores. Al igual que los últimos subcampeones, los de Tortuguitas y los platenses estuvieron lejos de alcanzar sus máximas expresiones, alternando algunas presentaciones notorias con otros tantos resultados no muy elogiables.
Junto a ellos cuatro, quedó unido San Fernando, partícipe de una séptima fecha altamente emotiva, que le permitió una clasificación ajustada, gracias a un empate en 8 tantos ante Alumni.
Los cinco restantes del Top 14 corresponden naturalmente a la Zona C, que tras esta última jornada, finalizó liderada por el SIC, aunque por diferencia de tantos.
Fue destacable la evolución que los Zanjeros alcanzaron con el correr de las semanas, después de una segunda presentación adversa ante San Martín.
El punto alto del conjunto de Boulogne fue la conquista del clásico frente al CASI, aunque en el balance general, fue el Atlético quien ofreció mejores argumentos durante esta fase de apertura.
Es cierto que la Academia cerró su participación con una caída ante Lomas por 21 – 13, pero ello no alteró su buen funcionamiento en los compromisos previos.
Los del sur, en cambio, fueron de menos a más y, como Champagnat, aseguraron su continuidad sobre la base de un esfuerzo elogiable.
El último clasificado a la próxima ronda fue el perseverante San Martín, otro de los que vivió el último sábado una tarde repleta de intensas emociones.
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