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miércoles, 4 de febrero de 2009

Inversión de empresario Costantini superará los 350 millones de dólares en el Uruguay, pero se le pone dificil con ambientalistas que lo cuestionan

El empresario argentino Eduardo Costantini dijo que el proyecto Las Garzas Blancas, en Rocha, “fue aprobado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y respeta las cárcavas tal como están”. “Es un caso líder”, sostuvo. En este sentido, afirmó que si se realizara un estudio científico independiente sobre el impacto de este fraccionamiento “se desautorizaría a la Dinama, además de demorar el proyecto”. Costantini indicó que esta inversión superará los 350 millones de dólares y la del puente sobre la Laguna Garzón rondará los tres millones de dólares.

Es uno de los empresarios más exitosos de Argentina, pero además un coleccionista fuerte de arte latinoamericano, lo que lo llevó a crear en Buenos Aires el Malba, uno de los museos más importantes de la región. Además, es un enamorado de la costa uruguaya, donde no solo pasa sus vacaciones desde hace años, sino que ahora también se ha decidido a impulsar uno de sus negocios inmobiliarios. El fraccionamiento se ubica en Rocha, cerca de la Laguna Garzón, y viene atado a la construcción del puente sobre la Ruta 10, tantas veces postergado, que ahora será financiado por este inversor. El proyecto ha generado la oposición de ambientalistas y de dirigentes del Partido Nacional (PN), pero cuenta con el visto bueno del intendente rochense, el frenteamplista Artigas Barrios. Para hablar de este proyecto, de la controversia que ha generado, pero también de su historia como empresario, vamos a conversar con Eduardo Costantini. Usted está en Punta del Este en este momento. EDUARDO COSTANTINI (EdC): Sí. ¿Sigue lloviendo? EdC - No, pero ha llovido y el diagnóstico es que va a seguir lloviendo. Y eso, pese a que a usted le interesa ir a la playa, también lo alegra. EdC - A mí no, pero primero hubo cuatro meses de sequía. A mí me interesa si hay viento o no, no si hay sol o no; prefiero que haya viento sin sol. ¿Por qué? ¿Por los deportes a los que se dedica? EdC - Claro, por un deporte que se llama kite-surf, que es el barrilete, una tabla con un barrilete arriba. Soy un poco fanático de ese deporte. Sigue siendo fanático, pese a aquel accidente que le costó muy caro en su momento. Sí, dejé durante un año y medio, y luego retomé con más precauciones. Aparte el deporte mejoró mucho técnicamente desde el punto de vista de la seguridad; uno se puede desprender más fácilmente del barrilete en caso de una carga fuerte de viento. ¿En este verano ha continuado practicando, en estos días sigue practicando? EdC - Sí, es impresionante el viento que ha habido en esta temporada. Vivo pendiente del viento que va a haber. Y lo hace pese a su edad; tiene 62 años. ¿No es un inconveniente esa edad para ese deporte? EdC - Sí, es un deporte bastante “radical”, como se dice, pero es mucha técnica; los deportes son 70% técnica y 30% esfuerzo físico. Si uno va aprendiendo, el cuerpo se va adecuando. Cuanto más ejercicio físico uno hace el cuerpo más aguanta, y a la inversa, cuanto más quieto uno se queda peor es para el cuerpo. Por supuesto que no lo hago al nivel de los chicos, pero soy muy fanático; ayer, anteayer estuvimos cerca de José Ignacio porque soplaba del suroeste, y si sopla del este lo hacemos en otro lado… Vivo pendiente de eso. Permítame agregar otros datos para que los oyentes terminen de ubicarlo. Usted tiene 62 años, nació en Buenos Aires, tiene siete hijos, es licenciado en Economía de la Universidad Católica Argentina (1971), posee el título de Master en Economía de la University of East Anglia en Norwich, Inglaterra (1975) y realizó el curso Capital Markets del London School of Economics (1981). Si estoy bien informado, comenzó realizando pequeñas inversiones financieras e inmobiliarias. ¿Cómo llegó después a armar Consultatio, la firma que ha sido su base de operaciones desde comienzos de los años 90? EdC - Mi carrera se especializó en inversiones financieras e inmobiliarias. Yo estudié economía, era un fanático de la economía y de las ciencias; elegí una ciencia social, la ciencia económica, y siempre fue mi aspiración dedicarme más a la economía política, o sea, trabajar para el gobierno, soñaba con llegar a ocupar un puesto importante en el Ministerio de Economía o en el Banco Central. Pero en mi país, lamentablemente, el funcionario público gana muy poco, entonces me fui quedando en la actividad privada. También por la inestabilidad de mi país, una visión general de la economía; como mi país ha tenido un comportamiento ciclotímico: el crecimiento económico siempre tuvo sus inconvenientes para ser sostenible, eso fue haciendo que me dedicase, sobre todo al principio de mi carrera, exclusivamente a inversiones financieras, inversiones líquidas que permitían salir del riesgo país. ¿Cómo es eso? ¿Cómo salía del riesgo país? EdC - Si uno tiene todos sus ahorros en liquidez y la situación económica y política se complica, siempre tiene la posibilidad de comprar dólares y estar totalmente fuera del sistema. Lamentablemente lo que uno pensaba se daba, y venían las crisis económicas y venía la devaluación del dólar, la caída de las bolsas, aun la caída del precio de las propiedades, entonces uno seguía estudiando la situación económica, política y social, y generalmente se producía un cambio de gobierno, venía un nuevo ministro de Economía, trataba de alinear las cosas y se creaba un optimismo. Entonces uno veía que tenía una posibilidad de ser un proceso de mediano a largo plazo, entonces nuevamente hacía inversiones financieras, compraba bonos del gobierno, compraba acciones de empresas argentinas… En otras palabras, supo ingeniárselas para beneficiar a sus clientes y beneficiarse usted mismo de la inestabilidad que vivió Argentina en los años 70 y 80. EdC - Claro, en los años 70, 80, 90; lamentablemente Argentina sigue teniendo un comportamiento ciclotímico, toda la década de los 90, a partir del tequila del 94; en América Latina la década de los 90 se llamó la “década perdida”, porque luego vinieron distintas crisis. Nuestro país, lamentablemente, terminó en otro default, el repudio de las deudas, porque es una situación endémica, después se cumplían esos diagnósticos y se terminaba sin pagar los depósitos, sin pagar los bonos de la deuda pública, con gran estrés para el sistema económico, para la población, y también para la pobreza, con un costo social muy grande. Era un sistema que, lamentablemente, beneficiaba a los inversores que tenían activos líquidos, y aparte las tasas de interés eran exageradamente altas con relación al crecimiento económico e incluso a la inflación. Entonces ejercité una visión general de la economía que también apliqué al mundo en general. Empecé a seguir la situación de Estados Unidos, de Europa, de Japón, de Asia, de América Latina. La seguí hasta la década de los 90, y allí tomé una decisión filosófica, que fue hacer inversiones en la economía real, a pesar del resultado económico, por lo menos con parte de mis ahorros, de mi patrimonio. ¿Se refiere, por ejemplo, a Nordelta? EdC - Nordelta fue en el año 97, yo ya había hecho inversiones inmobiliarias en la década de los 70. El primer negocio importante que hice fue la adquisición de un terreno para hacer oficinas en el centro de la ciudad de Buenos Aires, que después quise hacer un edificio, invertí todo en el terreno, pero terminé vendiendo el terreno y me quedé con un sueño no realizado… Pero hizo una buena diferencia. EdC - Sí, fue lo que me permitió independizarme -yo trabajaba con un hermano en la industria frigorífica-. Cuando vendí ese terreno seguí haciendo inversiones financieras, me constituí en agente de bolsa, con dos amigos adquirimos dos acciones de bolsa, y después, en el año 91, cuando nuevamente parecía que Argentina iniciaba un proceso de estabilidad y de inserción en el mundo, adquirí un terreno aún más importante, que en ese momento fueron 18 millones de dólares, que era un capital muy significativo. Fui de los primeros en confiar en ese proceso de crecimiento y de estabilidad política y social en Argentina. A pesar de la inestabilidad, fue la primera vez en mi vida que no me salí de la economía real y terminamos construyendo 100.000 metros cuadrados de oficinas en lo que ha sido el complejo edilicio más importante de Argentina. ¿A cuál se refiere? EdC - A Catalinas, en la zona de Catalina, cerca del Retiro; hay tres edificios donde está el edificio Consultatio. ¿Qué es Nordelta, esa ciudad pueblo en el Tigre, provincia de Buenos Aires? EdC - En el año 97 –la terminó de adquirir en el año 98– Consultatio adquirió el 50% de 1.500 hectáreas a 30 kilómetros al norte de Buenos Aires, cerca de la Panamericana, e hicimos un master plan, aprobado por ley por la provincia de Buenos Aires, para radicar hasta 140.000 personas. Ya llevamos 10 años y en la actualidad viven 14.000 personas. Es un proyecto a 30 años, en el cual hemos invertido más de 300 millones de dólares, aparte del valor de la tierra. Hay cuatro colegios, hay un hospital, hay un centro comercial, viven 1.600 familias. Aparte también hay construcción de edificios de seis o siete pisos como máximo, y las familias han invertido unos 500 millones de dólares. Ahora hay 6.000 personas ocupadas y estimamos que vamos a emplear más de 30.000 personas; es como una localidad. ¿Desde cuándo tiene casa en Punta del Este? EdC - Desde hace aproximadamente 18, 20 años. Vivo sobre el mar; amo el mar. Está en Punta Piedras. EdC - Sí. ¿Qué tipo de negocios había desarrollado aquí en Uruguay? EdC - En Uruguay únicamente he adquirido algunos terrenos, que después he vendido. Nunca hice un negocio de largo plazo con valor agregado, con un desarrollo. Siempre los he hecho en la República Argentina.

Pero desde hace unos meses se ha convertido en noticia frecuente en Uruguay por ese proyecto de desarrollo inmobiliario llamado Las Garzas Blancas, en la zona de Las Garzas, en Rocha, cerca de la Laguna Garzón. ¿Ese es su primer negocio de este tipo en Uruguay? EdC - Sí. Yo vengo siguiendo el desarrollo de Punta del Este desde hace 30, 40 años. Y Punta del Este crece para todos lados, pero una característica es el crecimiento hacia el norte, como si fuese la colonización de la playa, sobre todo sobre la Brava. Cuando yo era chico se veraneaba, sobre todo, sobre la Mansa, luego en la Brava, en la zona del Golf, después fue el descubrimiento de La Barra, después Bikini; recuerdo que cuando iba a la playa Bikini éramos 30 personas. En esa época yo hacía windsurf. Y después José Ignacio, que explotó hace cinco años. En Uruguay hay una reglamentación nacional que establece que uno no puede construir a una distancia menor a 150 metros de la última creciente. Y en general la Ruta 10 va pegada a la superficie de agua, entonces en las grandes bahías, por ejemplo en la bahía que va de Punta Piedras a José Ignacio, no se puede construir, o en la que va de Punta del Este a La Barra; las casas están cerca del agua porque se considera que no es playa en la zona rocosa, por ejemplo en La Barra; mi casa está cerca del agua porque es Punta Piedras. Pero del otro lado de la Laguna Garzón la ruta comienza a separarse del espejo de agua y en el lugar donde nosotros adquirimos una fracción hay un kilómetro y medio en el departamento de Rocha… Ese fue el motivo que lo llevó a interesarse por implantar un negocio inmobiliario en la zona de Las Garzas. EdC - Yo adquirí 50 hectáreas hace ocho años en el departamento de Rocha con la intención de hacer ahí una casa para uso personal, pero me quedé o me voy quedando en Punta Piedras. Más o menos conozco la zona bastante bien, y me enteré de que el departamento de Rocha decidió permitir el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios, y eso me llevó a adquirir una fracción de 240 hectáreas, que tiene unos 1.700 metros sobre el mar y que tiene un desnivel de la ruta de casi 20 metros, es una fracción aterrazada que remata sobre la playa, para hacer un desarrollo inmobiliario… Con esa gran ventaja de que se va a poder ser propietario de terrenos ubicados muy sobre el mar. EdC - Claro, porque hay 1.500 metros de distancia. De todos modos, es una zona de playas peligrosas, no es tan fácil bañarse por ahí. EdC - Peligroso es todo. Ayer se ahogó una persona en José Ignacio. Peligrosa es toda la Brava. Rocha es igual que Bikini, por ejemplo donde está el Club de la Playa, en el medio de la bahía entre Bikini y Manantiales es peligroso, donde yo estoy aquí en Punta Piedras es peligroso, y aparte hay rocas, en Terrazas es peligroso, en José Ignacio sobre la Brava… La Brava es peligrosa para quien no conoce el mar, no es la Mansa. Y pasa lo mismo en esa zona en el departamento de Rocha, es la Brava, en definitiva es lo que la gente ha ido eligiendo. Depende del día; ayer fue un día espectacular con las mejores olas casi en la historia de Punta del Este, porque quedaron dos días de suroeste, sopló viento del este y fue un día espectacular, pero no para la gente. Para la gente tiene que haber bañeros, hay que tomar todas las medidas y todas las precauciones necesarias. Las Garzas Blancas está a unos 10 kilómetros de la Laguna Garzón… EdC - …A 18 kilómetros… Más cerca de la laguna de Rocha… EdC - …Está más o menos a mitad de camino. ¿En qué consiste el proyecto? ¿Qué es lo que usted propone en esas 240 hectáreas? EdC - Básicamente son 500 terrenos de un promedio de 2.500 metros. La propuesta fundamental es el acceso a las playas. Es una fracción muy linda, con un 50% de espacios verdes. La naturaleza y la erosión han hecho esa zona, que tiene unas cárcavas, que son como mordiscos en el suelo producidos por la erosión, por las lluvias y el sendero de las ovejas, que fue lo que inicialmente produjo cientos y cientos de hectáreas de desniveles. Los terrenos se integran a la geografía del lugar respetando las cárcavas, en unidades de 2.500 metros con un plano muy dinámico, porque esos mordiscos irregulares que son más de 50 hectáreas hacen que ningún terreno sea igual a otro, y las familias podrían recrearse por senderos peatonales, hacer excursiones, caminar hasta la arena. El proyecto tiene asociada la construcción del puente sobre la Laguna Garzón, ese puente que tantas veces se ha discutido en Uruguay y que ahora finalmente se va a construir para unir Maldonado con Rocha por la Ruta 10. ¿Cómo es esto? EdC - Hay una decisión política. La inversión inicial se hizo sobre la base de la decisión política del departamento de Rocha de proceder a la urbanización, al desarrollo inmobiliario del departamento. Cuando estuve en contacto con las autoridades, ratificaron ese deseo y también la voluntad de construcción de un puente. Originalmente mi primera adquisición en el departamento fueron 50 hectáreas a cinco kilómetros de Las Garzas. Allí un grupo de propietarios íbamos a proponer a las autoridades costear la construcción del puente; yo venía siguiendo esa alternativa. Desde la adquisición de Las Garzas estuvimos más de un año viendo los permisos del desarrollo de Las Garzas Blancas, discutimos el tamaño de los terrenos, los retiros, la altura de las casas, la cantidad de metros cuadrados que se puede construir, el retiro de la primera línea en cuanto a la distancia de la última creciente, que en vez de a 150 metros lo vamos a hacer a 200 metros, vamos a respetar las cárcavas, a pesar de que habíamos planeado dos espejos de agua, dos lagunas. La mayoría de los propietarios de la zona hace lagunas, por la belleza y para consolidar las cárcavas, porque la erosión avanza todos los años, entonces es conveniente hacer lagunas para frenar la corriente de agua de lluvia. Pero esa es una discusión técnica. De cualquier manera Las Garzas Blancas, como fue aprobada por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), respeta las cárcavas tal como están: las casas se retiran 200 metros de la última creciente y la unidad mínima es de 2.500 metros. Es un caso líder, es la primera urbanización de la época moderna, el primer loteo en la zona. Esto es muy importante para toda la zona y lo hemos estado discutiendo durante más de un año con las autoridades del departamento. Usted venía haciendo esta enumeración a raíz de mi pregunta a propósito de por qué va a financiar la construcción del puente sobre la Laguna Garzón. EdC - Porque generalmente, cuando hacemos un desarrollo, vemos la situación general y vemos si podemos agregar valor al desarrollo y a la zona para hacerlo más atractivo. En el caso de Nordelta construimos siete kilómetros desde la Panamericana hasta la puerta de Nordelta, construimos dos puentes, y todo eso lo hemos costeado nosotros, porque el gobierno nacional no tenía los recursos en tiempo y forma. Y acá le hemos propuesto al gobierno nacional pagar el puente; venimos conversando con las autoridades nacionales acerca de las características técnicas y nos hemos puesto de acuerdo, con relación a esas especificaciones, que cumplen por de más las necesidades técnicas. Va a ser un puente único. Hemos hecho un acuerdo, que es histórico, con el intendente del departamento de Maldonado y el intendente del departamento de Rocha y el ministro de Transporte de la nación para la construcción de ese puente con la supervisión de las autoridades nacionales, pero con la financiación nuestra. ¿Qué inversión implica el puente en sí mismo? EdC - Estimamos que va a salir unos 3- 3,5 millones de dólares. ¿Y la inversión en el conjunto de Las Garzas Blancas? EdC - Si uno toma en su totalidad, porque a través del tiempo se construirían 500 casas que aproximadamente serán unos 350.000 metros, más la inversión que vamos a hacer, que en total serán unos 20 millones de dólares, estamos hablando de una inversión que va a superar los 350 millones de dólares… Ustedes compraron estas tierras en 40 millones de dólares. EdC - No, compramos originalmente la tierra en unos 27 millones de dólares. ¿Y cuánto le van a agregar de inversión? EdC - Tenemos que invertir unos 20 millones de dólares más… EC - …Y después va a estar la inversión de cada uno de los propietarios en sus respectivas casas… EdC - …Más el empleo, porque el desarrollo inmobiliario produce una gran cantidad de empleo, y cuando estén terminadas las casas ese empleo continúa, porque a las casas hay que cuidarlas: está la seguridad, está el mantenimiento, están todos los proveedores, una casa siempre tiene problemas -la gente lo sabe-, hay que mantenerla -el electricista, el carpintero, el personal que trabaja en ella-: es mano de obra intensiva. El puente todavía no tiene la aprobación de la Dinama. Hay un acuerdo político, pero falta la aprobación de la Dinama. No para el proyecto Las Garzas, en ese caso la Dinama, después de más de un año, se ha expedido y ha calificado el proyecto como de categoría A, es decir, de bajo impacto ambiental. Hablemos de la polémica en torno a este desarrollo. Porque si bien el proyecto fue aprobado por la Junta Departamental y recibió la calificación A de la DINAMA, hay Organizaciones No Gubernamentales e incluso dirigentes del PN que lo cuestionan fuertemente. Por ejemplo, este lunes, hablando, el diputado José Carlos Cardoso, del grupo del doctor Luis Alberto Lacalle, sostenía que el intendente Artigas Barrios se equivocó al autorizar el proyecto Las Garzas. (Audio) “En Rocha habíamos acordado en el período pasado, con votos blancos, colorados y frenteamplistas, una ordenanza costera para saber qué íbamos a hacer con el futuro de nuestro departamento y qué desarrollo íbamos a tener en Rocha. Porque Rocha fue durante décadas una República bananera, porque usted venía con cuatro palos, se plantaba en una zona y se instalaba, y era dueño. Así fue durante décadas. Prueba de ello es todo el desastre que hemos tenido en la costa de ocupaciones ilegales, de líos que después hubo que ordenar y gastar millones de dólares para después hacer reordenamientos de cosas mal hechas. Hasta que finalmente acordamos una ordenanza. Ordenanza que nació en el Probides, y donde la licenciada Alicia Torres, la actual directora de Medio Ambiente, tuvo mucho que ver porque preparó borradores, porque era técnica allí en el Probides. El Probides trajo un técnico español especialmente contratado para hacer esa ordenanza. Después lo discutimos y lo aprobamos. Todos nos habíamos comprometido a que esa era nuestra hoja de ruta. El primer ensayo, la primera oportunidad de probarla era esta, y Barrios la cambió. Y la cambió groseramente. Porque en un área rural, como es el espacio entre las dos lagunas que compró el señor Constantini, donde la ordenanza dice que para edificar hay que hacerlo en un área de cinco hectáreas, él autorizó a edificar en 3.000l metros. Y ese es un cambio cualitativo y cuantitativo relevante que tira por tierra la ordenanza, después de que otros vecinos de Constantini compraron y respetaron la ordenanza. Yo creo que ahí se equivocó. Le tembló el pulso para decirle a Constantini: ‘Señor, usted compró 250 hectáreas, no puede hacer 400 casas, tiene que hace 120 casas’”. (Fin) ¿Qué responde a este tipo de objeciones? EdC - Es una decisión política y hay que ver qué quiere la mayoría de la gente. En Punta Piedras tengo una casa que tiene 800 metros, es una de las más grandes. Ésta es una de las zonas más caras de Uruguay y el mío es uno de los terrenos más grandes, los otros terrenos tienen 500 metros. No sé si todo el mundo puede tener terrenos de 3.000 metros, no es fácil hacer desarrollos. Es mucho más difícil que la gente pueda acceder a tener cinco hectáreas. Pero esa es una decisión política, no es un tema ecológico, es una decisión de qué densidad quiere tener el departamento, qué nivel de ocupación, qué nivel de desarrollo. Cuando adquirí esta fracción, la adquirí pensando en que la unidad mínima era una superficie mucho menor, incluso por el precio que pagamos. Sobre esa base hicimos nuestra propuesta, y nuestro proyecto puede costar la construcción del puente. No hay nada malo en que la gente viva en terrenos de 3.000 metros cuadrados, eso sigue siendo un lujo. Quieren hacer en Rocha fracciones solamente para gente muy pudiente, para muy pocos, y que tampoco se pueda acceder a la playa como ahora, porque nadie puede llegar a la playa, porque, seamos sinceros, también se está cuestionando que vamos a abrir una calle pública que va a permitir que las familias de Rocha accedan a la playa. Eso también molesta, pero no se dice. Es como una democratización del departamento en el uso de la playa en toda esa zona. ¿Se quiere hacer o no? Es una decisión de la gente, pero por supuesto que acá no hay nada impredecible, no vamos a poner cuatro palos, ni a usurpar, ni a ocupar nada indebido. Es un grupo serio, es una inversión gigante y vamos a hacer las cosas con una calidad que la gente va a ver y se va a sorprender. Aparte, esto también requirió una audiencia pública en la que la gente dio su punto de vista a favor y en contra del proyecto. Luego, el proyecto fue sometido a una votación, en la cual los representantes de los distintos partidos en democracia votaron y la votación salió con 20 votos a favor y ocho en contra. Está bien, hay disidencia, es una democracia; yo soy argentino, no soy uruguayo, estoy hablando como extranjero, pero en mi país es así. En Argentina hay gente que está en contra de Nordelta, también hay ambientalistas que están en contra de Nordelta y está bien, es una democracia. También hay una Dirección Nacional de Medio Ambiente que habrá seguido criterios técnicos de evaluación, actuó la actividad política en su decisión, supongo representando la voluntad popular de si se quiere o no construir un puente, de si se quiere o no desarrollar la zona. Unos pueden decir: “A mí no me gusta cómo se desarrolló José Ignacio, podrían ser unidades de cinco hectáreas”. Puede ser, depende de lo que se quiera, no hay nada moral en esto. Se sabe que en estos días algunas organizaciones ambientalistas presentaron una acción judicial de amparo… EdC - Hay una asociación… Vida Silvestre... EdC - ...Que fue creada, según tengo entendido, en octubre de 2008, y que ha presentado una objeción a la Dinama. El juez resolverá… Solicitan que se realice un estudio científico independiente sobre el impacto de este fraccionamiento en una zona que ha sido declarada reserva de biósfera. Este lunes la abogada de Vida Silvestre, Carolina Neme, y decía lo siguiente: (Audio Carolina Neme) “Pedimos que se haga un estudio de impacto ambiental, que consideramos que no se efectuó y que es necesario, dada la magnitud de la obra. Por eso lo efectuamos vía judicial, ya que vía administrativa no se exigió al emprendedor”. (Fin) Ella aseguraba que lo que buscan es que las cosas se hagan en forma y, si mediante ese nuevo estudio se termina concluyendo que el proyecto no va a causar impactos negativos, lo aprobarán y le darán su visto bueno. Pero quieren que exista ese nuevo estudio. ¿Usted qué dice? EdC – Entonces, para cada desarrollo inmobiliario de la República del Uruguay tendrían que llamar a estudios independientes del gobierno para que digan si hay o no impacto. En ese caso recomiendo cerrar la Dinama, porque si no tiene jurisdicción técnica para hacer una evaluación objetiva a favor de los intereses del país en cada desarrollo que se realice en la República del Uruguay, en todo sentido, desde las papeleras, los puentes, para cada desarrollo habría que contratar un estudio independiente, entonces proceder de esa manera. También es una decisión política. Nosotros hemos cumplido todos los pasos que se nos han requerido, hemos visto una actuación profesional y seria en todos los niveles, tanto a nivel de la Intendencia como a nivel nacional. Y acá estamos, si vamos a realizar un estudio independiente, me parece que se está desautorizando a la Dinama, además de demorar el proyecto. ¿El proyecto está sufriendo postergaciones? EdC – Al día de hoy no, pero tenemos toda la intención de ir hacia delante en forma inmediata. De cualquier manera no estamos ocupando las cárcavas y es un proyecto muy poco invasivo, porque son terrenos de 3.000 metros cuadrados en calles que ni siquiera van a ser asfaltadas; va a haber servicios de electricidad, agua, teléfono, está hecho el estudio del tratamiento de las cloacas… ¿Están postergando las obras a la espera de la dilucidación de toda esta polémica? EdC - No, estamos haciendo todos los estudios para iniciar las obras. Prácticamente no hay obras, estamos abriendo calles, pero todavía no hemos empezado con las obras de infraestructura del barrio. Y tenemos intención de iniciar lo antes posible la construcción de la casa de playa, el “beach club”, la casa donde van a estar el gimnasio, el sauna, el restaurante, la pileta. No es una cosa tremendamente invasiva, es un desarrollo residencial, no hay ningún edificio, hay un 50% de espacios verdes, el terreno mínimo son 3.000 metros y son casas con una altura máxima de siete metros, que aparte pueden ocupar solamente el 30, 35% del terreno. Está muy cuidado el proyecto, queremos que las casas más alejadas del mar tengan una visión panorámica del mar, es algo que se aggiorna muchísimo a las características ecológicas naturales de esa fracción que es espectacular. Va a ser muy lindo el desarrollo. Permitir el desarrollo urbano de un departamento es, sobre todo, una decisión política.

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