Trabajan sobre el mural de Siqueiros. El equipo de restauradores mexicanos busca detectar la existencia de imágenes ocultas.

Ayer quedó montado en casi toda su dimensión el mural de Siqueiros. El equipo de restauradores mexicanos ensambló los seis paneles que conforman la obra Ejercicio Plástico, que el artista mexicano David Alfaro Siqueiros pintó en la casa que Natalio Botana tenía en Don Torcuato. Allí comenzó a deteriorarse y luego fue seccionada y llevada a un depósito en San Justo, donde pasó 17 años hasta su reciente traslado a un taller montado detrás de Casa de Gobierno. Ahora resta colocar el piso del mural que continúa aún guardado dentro de contenedores en la Plaza Colón. Sacar los paneles de los contenedores y armarlos en el taller demandó dos días y medio de trabajo. Cuando terminen las obras de restauración, en cuatro meses aproximadamente, la obra se ubicará bajo un tinglado que se está construyendo en la Aduana Taylor --la antigua aduana porteña del siglo XIX que está bajo la Plaza Colón--. Impresiona ver la estructura ingenieril que sostiene la obra rearmada para conservar la curvatura de la pared donde fue pintado. El equipo de restauradores mexicanos va a realizar un análisis multiespectral, un proceso de rayos infrarrojos que permite determinar, con diferentes longitudes de onda, la existencia de imágenes ocultas. Puede mostrar formas y figuras tapadas por la humedad y el salitre. En esta exhibición privada estuvieron presentes: Magdalena Faillace, a cargo de la comisión para la recuperación y restauración del mural; Manuel Serrano restaurador del Instituto Nacional de Bellas Artes de México; Néstor Barrio del taller Tarea, de la Universidad de San Martín; José M. Caula, jefe de asesores de Julio De Vido, ministro de Planificación e Infraestructura, entre otros. Faillace reprodujo ante los presentes las palabras de la embajadora de México en Buenos Aires María Cristina de la Garza Sandoval, quien le dijo que el gobierno de su país no intervino en esta obra de restauración interesado en la propiedad sino que colaboró por tratarse de un bien cultural, de una obra de Siqueiros. México no quiere adquirir propiedad sobre el mural, le aseguró. Este trabajo se está realizadon gracias a la colaboración del gobierno de México que aportó 200.000 dólares para la estadía del equipo mexicano que vino a trabajar, la AFIP pagó seguros de traslado y la seguridad de casa militar; Telmex y Claro aportaron 200.000 y hubo otros 400.000 de aportes privados. Conmovido, Serrano dijo: "Yo fui el que envejeció, no el mural. Lo encontré en las mismas condiciones que cuando lo desmontamos en 1991".