Serrano trabaja sin pausa, desde hace diez días en Buenos Aires, bajo un tinglado construido en Plaza Colón, custodiado las 24 horas y cerrado al acceso del público. "La paleta cromática recuperará sus valores lo más dignamente posible. Es una obra de 75 años y nuestra intervención de restauración permitirá poner en valor la imagen pictórica", afirmó el especialista mexicano. Ante la vista de los expertos ya se montaron tres de las seis partes en que el mural fue fragmentado para su extracción de la quinta Los Granados, hace 18 años. El inmueble, de Natalio Botana, fundador del diario Crítica, había sido usurpado, según comentó Serrano (habría que averiguar quienes fueron), y sobre el mural comenzaron a cometerse actos de vandalismo, por cuya razón la obra de Siqueiros fue desmontada, en un proceso que duró dos años.
Se trata de una obra en colaboración de uno de los padres del muralismo mexicano, junto con los artistas plásicos argentinos Lino Enea Spilimbergo, Antonio Berni y Juan Carlos Castagnino, y el escenógrafo uruguayo, Enrique Lázaro.
"Para mí fue como reencontrarme con un viejo conocido. Por lo que observamos, las figuras están en buenas condiciones. Tuve una sensación muy agradable al ver el mural otra vez. Ambos estamos a gusto juntos. Sobre todo, porque las noticias que se publicaban sobre la obra eran alarmantes. Pero en 18 años, no han empeorado las condiciones en que estaba cuando los desmontamos", dijo Serrano.
El gobierno mexicano aporta, para esta etapa, US$ 200 mil, amén del equipo de restauradores a quienes sostendrá económicamente durante cuatro meses en la Argentina.
El restaurador destacó las óptimas condiciones de iluminación, aire y humidificación en el tinglado en las que trabajará durante los próximos cuatro meses. "Haremos la restauración de la superficie pictórica, así como una revisión minuciosa de la estructura para estabilizarlo", subrayó.
Serrano defendió las condiciones en que las seis partes fueron dispuestas en los contenedores, protegidas por una estructura metálica que aún está adosada al soporte resinoso. Eso evitó que durante los 18 años, ni el polvo ni la lluvia ni la la intemperie afectaran la obra, retenida en contenedores ubicados en un playón judicial.
El especialista precisó que, si se comparan las fotografías que tomó Aldo Sessa hace 18 años con el mural en la actualidad, "se observa que el deterioro ya estaba cuando lo extrajimos de la quinta Los Granados".
Agregó que "si la obra mantuvo su estado actual es por dos razones. Primero, por las técnicas del maestro Siqueiros, que usó un aplanado de cemento (revoque) y arena, con una técnica de silicato, que es la que se usa en la industria automotriz. Y, luego, por las que aplicamos en la extracción, en la que sustituimos la mampostería, por una estructura de metal con resina mezclada con un agente espumante".
El resultado es sorprendente. Apenas se comenzó con la limpieza de las sales depositadas sobre la superficie pictórica, emergieron las figuras de Siqueiros en todo su esplendor.
Junto con Serrano trabajan los restauradores mexicanos Jorge Herrera, Rogelio Flores, Samara Borislava y Jacobo García, además del restaurador argentino Eduardo Guitima, convocado por la Escuela Taller, de la Universidad Nacional de San Martín (Unssam) y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). La obra es, según dice Serrano, una de las más oníricas de Siqueiros y una de las pocas que no porta una carga ideológica, algo común en la estética y la obra de un hombre que abrazó la causa comunista, la revolución mexicana, estuvo preso y tuvo que exiliarse. La famosa leyenda de que Siqueiros tuvo que pintar el mural en el sótano de la casona de Botana en Don Torcuato porque se trataba de una obra erótica, es desmentida por el maestro Serrano. "Su ubicación en el sótano tiene más que ver con un reto que el maestro Siqueiros aceptó en relación con espacio en el que creó el mural. El título de la obra tiene que ver precisamente con eso, con que se trató de un ejercicio plástico desafiando al espacio", señaló Serrano.
Entusiasmado al hablar de un mural que conoce, quizá, mejor que ninguna otra obra plástica, el restaurador precisó que, "al bajar al sótano de Los Granados, el espectador tenía la sensación de estar dentro de una burbuja, rodeado de elementos marinos, plantas, mujeres y hombres desnudos, plantas acuáticas, que a su vez se acercan a mirar al espectador. Siqueiros no quiso hacer un ejercicio político en esta obra, sino una obra plástica". Esa es la sensación que habrá de recrearse cuando el Siqueiros encuentre su definitiva morada. Las restricciones al ingreso impuestas por las autoridades nacionales al galpón donde Ejercicio plástico es restaurado, tienen otra razón. Existe un proyecto que el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, guarda bajo siete llaves y tiene que ver con la obra de infraestructura planeada para la ex Aduana Taylor, hoy bajo tierra, a espaldas de la Casa de Gobierno, sobre avenida Paseo Colón. La iniciativa fue mostrada al presidente mexicano Felipe Calderón y fuentes oficiales inobjetables comentaron que el gobierno del país azteca está dispuesto a acompañar económicamente el montaje del mural en ese escenario para 2010, cuando ambos países celebren su Bicentenario. El proyecto, dicen quienes han visto planos y maqueta, es una extensión del Museo de la Casa Rosada e incluye un techo de vidrio para el espacio, hoy a cielo abierto, y una muestra histórica permanente. "Se encaró la restauración del mural, pero nada se ha definido respecto de su exhibición". El problema es estrictamente judicial. Son tantos los intereses en juego y tan complejo el pleito entre las partes, que cualquier anuncio anticipado estropearía los planes futuros. Por eso, subrepticiamente se retiró el proyecto de expropiación del mural esta semana del orden del día en el Senado. La propuesta tiene media sanción de Diputados, desde julio de 2007. Si no se trata antes de fin de año, perderá estado parlamentario. El tema no desvela al gobierno, si se tiene en cuenta que Calderón ya prometió abundantes fondos para salvaguardar el futuro del Siqueiros.
La pregunta de los Torcuateses sera: volvera alguna vez este mural a Don Torcuato?
Seria bueno la creacion de un museo en el terreno de 202 y Richieri (donde estaba la obra) llamado "Botana" o "Museo de Don Torcuato" para que descanse en paz en su lugar de origen en el festejo del bicentenario, o mas bien crear un espacio anexado en el MATi para exibirla. Recordemos que en la quinta "El Recreo" en Italia y Reinoso estan todavia muebles del ex presidente Alvear, aun su vehiculo personal presidencial pudriendose a la interperie. Es motivo de reflexion sobre los valores que tenemos en nuestra ciudad.
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