VOLVIO EL VASCO. ARRUABARRENA DEBUTO EN TIGRE, EL UNICO PUNTERO.

¿Cómo te sentiste en tu debut?

Físicamente, bien. Me faltó precisión en los pases y tengo que mejorar en el aspecto futbolístico. Pero pienso que es normal, porque hacía mucho que no jugaba 90 minutos. Es algo que se va a ir solucionando con el correr de los partidos.

¿Cómo se vive esta nueva experiencia de ser dirigido por un ex compañero, y al mismo tiempo, un amigo?

Hay que saber separar las cosas. Con Diego (Cagna) tenemos una muy buena relación. Lo considero un amigo, pero al momento de trabajar, él es el técnico y yo un jugador más. Nos manejamos con mucho respeto. Confió en mí y espero no defraudarlo. Durante el encuentro ante Arsenal te hablaba mucho, ¿qué te pedía?

Me decía que me cuidara porque estaba amonestado. Básicamente me pedía eso, más allá de alguna que otra indicación. Cuando ya estabas amonestado, hubo una falta tuya que pudo haber sido sancionada con otra amarilla, ¿qué se te cruzó por la cabeza en ese instante?

No lo sé. Es una jugada de interpretación. Son circunstancias del juego y por suerte Lunati lo entendió así. Obviamente, si le preguntás a Garnero te va a decir que correspondía expulsión. Seguramente, tuviste muchas ofertas para esta temporada, ¿qué te impulsó a inclinarte por la de Tigre?

Sí. Tuve ofertas de España, de Primera y Segunda división, pero la de Tigre me pareció la más convincente. Me interesó el proyecto deportivo y el tema económico también influyó. Sé que este club hizo un gran esfuerzo por contratarme. He hablado mucho con Diego y después de ocho años de jugar en Europa, estoy de nuevo en el país. Después de tanto tiempo en el extranjero, ¿sentías la necesidad de regresar?

Sí, eso también influyó en mi llegada a Tigre. Porque se extrañan mucho los afectos. Más allá de que tanto en Villarreal como en AEK de Grecia me trataron muy bien y no tengo más que palabras de agradecimiento, es bueno reencontrarme con muchas cosas. Entre ellas, el idioma, después de un año en Grecia, donde todo es distinto. En el fútbol griego jugaste como marcador central, un puesto distinto al que se te conoce en Argentina, ¿cómo te sentís en esa función?

Bien. En Grecia alterné algunos partidos ahí. Es un puesto que conozco desde las inferiores de Boca. Luego, cuando llegué a reserva, pasé a ocupar el lateral izquierdo, que es donde más cómodo me siento. Durante toda mi carrera profesional me desempeñé marcando punta, pero es cuestión de acoplarme a lo que me pida el técnico. Donde Diego me necesite, trataré de responderle. ¿Qué impresión te dejó el grupo, en esta primeras semanas de trabajo?

Me encontré con un plantel joven, pero que también cuenta con jugadores de experiencia. Se nota que hay hambre y ganas de conseguir cosas importantes y eso facilita mucho la adaptación. De todas maneras, yo sabía muy bien donde venía. ¿Para qué está este Tigre que, disputadas dos fechas, es el único líder del Apertura?

Para ir partido tras partido. Esto recién comienza y es un torneo muy duro. Tenemos que mantener la humildad y seguir trabajando. Pensando en el futuro, ¿soñás con terminar tu carrera en Boca?

No. Sólo pienso en Tigre, que hoy le da de comer a mis hijas y a mi familia. Si bien soy hincha de Boca, mi presente está acá y no miro más allá de eso.