TIGRE, Una despedida para reflexionar

Tigre volvió a caer por goleada, esta vez ante Boca Juniors, en la última presentación de un Torneo que fue mucho más parecido a sus últimas participaciones en Primera, que al sueño del Apertura. Los goles y el mejor, Román Martínez.

En la cancha de Boca Juniors, Tigre cerró su primer temporada en la máxima división, donde se dio el lujo de salir subcampeón en un Apertura muy positivo, pero el rendimiento del Clausura enciende una luz de lo que se debe mejorar en el futuro. El equipo no sufrió por lo que hizo en la primer rueda pero deberá superarse Torneo a Torneo para seguir creciendo futbolística e institucionalmente. Cayó el domingo por 6 a 2 en La Bombonera, la quinta derrota por goleada en el Torneo de un equipo que terminó sufriendo con una defensa demasiado frágil y que derivó en una de las vallas más vencidas, además de una de las delanteras menos eficaces, cuyo sostén fue la participación en el juego y en la red del mediocampo en base a los aportes de Galmarini, Martínez, Castaño, y del devenido lateral Matías Giménez. Como ya le ocurriera en otros partidos, Tigre pagó muy caro las distracciones y, sobretodo, las libertades que les dio a sus rivales en cada ataque. Si bien manejó la pelota, teniendo en cuenta la iniciativa ofensiva que promueve en cualquier cancha, no supo gravitar en el área rival ante un inseguro Caranta, y sufrió demasiado en el área propia, donde cada contragolpe encontraba a Boca con superioridad numérica, y cada desborde de Palacio parecía que iba a terminar en gol ante una defensa que casi no oponía resistencia. Así Tigre, de la mano de Castaño y Román Martínez, y sintiendo demasiado la ausencia de Galmarini, batalló hasta donde pudo. Pero tras cada gol que alentaba la esperanza de una remontada, llegaba un sacudón que alejaba nuevamente el tanteador. El equipo, que en el Clausura entre variantes tácticas, bajos rendimientos y cambios de nombres no tuvo mucha continuidad, propuso un juego ofensivo y jugó de igual a igual contra cualquier rival y en cualquier cancha, logrando una identidad con su gente pocas veces conseguida por un conjunto de la Institución, pero no supo ser prudente para saber cuando priorizar los recaudos antes que el golpe por golpe. Luego del bache al que cayó tras la derrota con San Lorenzo, nunca se pudo recomponer el rendimiento, y lo que costó llegar a los 50 puntos del objetivo inicial terminó por dejar pasar la oportunidad de ingresar a un torneo internacional. El receso será tiempo de evaluación de los logros obtenidos y de los errores cometidos para volver a soñar con ser protagonista y quedarse en Primera por muchos años más.

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