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El Delta del Tigre es una de los mas elegidos, por los fotografos para sus safaris
El Delta de Tigre, Sierra de la Ventana y las reservas naturales son los sitios preferidos por los fotógrafos para organizar safaris.
Vale admitirlo. Al hablar de un safari fotográfico uno se imagina con un costoso equipo de fotografía detrás de grandes animales en la sabana africana. Sin embargo, aunque la Argentina no cuente con tantos mamíferos de gran porte y costumbres diurnas -salvo en regiones como Esteros del Iberá o Península Valdés-, esta modalidad que combina arte y aventura suma cada vez más adeptos. Y los destinos de la provincia de Buenos Aires tienen la cercanía como principal ventaja. "Los safaris fotográficos son salidas diseñadas especialmente para los amantes de la fotografía y de la aventura", explica Marta Strasnoy, fotógrafa y pionera en fotosafaris.
A la hora de recomendar los lugares imperdibles para fotografiar y de intentar repasar las salidas que realizó solamente en el territorio bonaerense, la fotógrafa suma más de 200 safaris. Es que después de la primera experiencia en Navarro hacia 1994, recorrió casi toda la Costa atlántica, Sierra de la Ventana, Azul, Chascomús, Pigüé, Balcarce, Carmen de Areco, diversas estancias y, por supuesto, el Delta de Tigre.
Es preciso aclarar que aunque la mayoría de los espacios verdes, restoranes de campo, estancias, agencias de viajes y prestadores de servicios ofrecen la posibilidad de realizar safaris fotográficos en los tours, esa actividad queda muchas veces en manos del visitante, que va tomando fotos durante el paseo. Pero no siempre se cuenta con las instrucciones y consejos de un fotógrafo en la travesía. En ese sentido, Marcelo Gurruchaga, fotógrafo dedicado a organizar fotosafaris desde hace doce años, los define como "salidas organizadas y en grupo a la naturaleza o a lugares de importancia histórica y cultural, para obtener fotografías con fines documentales y/o artísticos". Eterno, inabarcable, y reuniendo todos esos requisitos, el Delta de Tigre es uno de los refugios preferidos en la provincia de Buenos Aires para hacer safaris fotográficos. Por ejemplo, Gurruchaga tiene prevista una próxima salida con destino a la Segunda Sección. La propuesta consiste en adentrarse en las islas para observar su proceso de formación y realizar dos excursiones náuticas: al Paraná Miní, para conocer las costumbres y la forma de vida de los isleños, y a la zona de Bajos del Temor. Además de sus apreciaciones sobre fotografía, las salidas de Gurruchaga siempre cuentan con un guía local en cada destino, e incluyen alojamiento, traslados y comidas. Una vez que termina el viaje, el grupo se junta para ver las fotos y se exponen los trabajos de los participantes. Fotógrafos y organizadores de safaris coinciden en que tanto los aficionados como los profesionales de la fotografía se unen sin inconvenientes en este tipo de travesías porque lo importante es tener ganas de fotografiar una zona, más allá de los conocimientos en fotografía que cada uno tenga. "Se conocen los lugares de una forma diferente. El grupo avanza a un ritmo más lento, más contemplativo y, al estar encuadrando en todo momento, se detiene en detalles que habitualmente no ve", afirman. Por supuesto, el acento está puesto en "la mirada" y la paciencia es crucial, ya que la marcha será detenida mil veces hasta captar una buena imagen. Si se trata de elegir destinos ricos en flora y fauna, amantes de safaris fotográficos mencionan de inmediato la Reserva Punta Rasa y sus playas agrestes en la Bahía Samborombón; las 5.757 hectáreas de médanos vírgenes de la Reserva Natural Faro Querandí de Villa Gesell; y la famosa albúfera marina de Mar Chiquita. Les siguen Sierra de la Ventana, Balcarce y Sierra de los Padres; las lagunas de Navarro, San Miguel del Monte y Lobos; los cascos históricos de Chascomús, San Antonio de Areco, Capilla del Señor y San Nicolás; el Parque Costero Sur de Magdalena, la Ribera Norte de Vicente López, las barrancas de San Pedro, Baradero y la Reserva Otamendi de Campana, en el km 68 de la Panamericana ramal Escobar, que reabrirá en pocos días. Si bien estos sitios no organizan siempre safaris fotográficos, debido a su riqueza histórica y natural suelen recibir a grupos que ingresan con guías habilitados y un fotógrafo. En la Reserva Natural Otamendi, donde Ecodelta Viajes organiza caminatas guiadas hasta el Mirador de las Aves, atravesando la diversidad de ambientes: monte, pajonal y pastizal pampeano. Aunque cueste creerlo, en todo momento se aclara que el equipo fotográfico no es lo más importante, sino desarrollar una "visión fotográfica" durante el viaje. A 35 km de Buenos Aires, con 54 hectáreas y 150 especies de aves, la Reserva Hudson organiza fotogalerías en su Museo con el material de la gente de las visitas guiadas -se prestan prismáticos y telescopio de campo- e incluyen fotos tomadas con celulares. Los safaris permiten conjugar el amor por la fotografía y los viajes. Experiencias únicas -como cada foto- y recomendables.
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