El legendario Caza y Pesca sacó a relucir toda su experiencia en definiciones, venció 2 a 1 a Ombú en el partido de vuelta de la final de la Liga Escobarense y se aseguró el título del Clausura y una plaza para disputar el Torneo del Interior 2010 (ex Argentino C).
El conjunto de Don Torcuato había triunfado por la mínima diferencia en el encuentro de ida (1 a 0 de local) y le bastaba con un empate para consagrarse. No obstante, y a pesar de los persistentes embates de su rival, Caza y Pesca mantuvo el orden durante los 90 minutos y facturó en dos de las cuatro ocasiones que tuvo. Con un tanto de Pablo Espeche cuando promediaba la primera parte y otro de Gabriel Brito (que merece jugar en la primera de Tigre) en los primeros minutos del complemento, la visita liquidó la llave y se encaminó hacia el título sin mayores sobresaltos.
Ombú llegó de local con la obligación de ganar, al menos por la mínima diferencia para forzar la definición por penales, y para ello contaba con la reaparición de Matías Acosta. El volante fue clave en los primeros minutos, cuando el local dominó a voluntad el trámite del partido y generó incontables situaciones de riesgo. Durante los 20 minutos iniciales el encuentro fue prácticamente un monólogo del conjunto de Los Polvorines, que desplegó su mejor fútbol e inquietó con varias llegadas claras, aunque careció de claridad en la definición.
A los 32’, Fernando Casado controló un centro en el borde del área chica y remató con potencia, aunque por encima del travesaño. Otra clara de Ombú fue una corrida de Acosta desde la mitad del campo, dos minutos más tarde, en la que quedó mano a mano con el arquero y Ariel Luque se quedó con la pelota.
Pero en el último minuto de la primera parte, Caza y Pesca capitalizó su única chance de gol. Brito capturó un rebote en la puerta del área, su remate se desvió en un defensor y le quedó a Espeche. El delantero disparó cruzado al segundo palo y marcó el 1-0, 2-0 en el global.
Como si fuera poco, en el primer minuto del complemento, Brito recibió un centro en el punto penal y con un disparo fortísimo marcó el 2-0.
A partir de allí Ombú perdió el rumbo e intentó descontar aunque no contó con la profundidad que tuvo en el inicio. La falta de claridad en los avances y en el control de la pelota, tornó el encuentro más áspero. A los 43’, luego que el árbitro ignorara una clara falta contra Jonathan Murguia en el área de Ombú, Luque le atajó un penal a Casado.
Todo Caza y Pesca debió refugiarse en los vestuarios. La violencia opacó la fiesta
Una vez más, el escenario de un partido de la Liga Escobarense se transformó en el terreno de una batalla campal, en la que participaron jugadores, colaboradores y simpatizantes de Caza y Pesca y Ombú. La revuelta se desató en el quinto y último minuto del tiempo adicional, cuando Diego Peñaloza y Mariano Luna discutieron y luego intercambiaron golpes.
Ya inmersos en un clima tenso debido a los roces propios del partido y a varias decisiones polémicas del árbitro, la pelea comenzó cuando Peñaloza acomodó la pelota en el borde del área de Caza y Pesca para ejecutar un tiro libre y cruzó insultos con Luna, a quien le reclamaba distancia.
Acosta golpeó al jugador de Ombú y éste replicó la agresión, lo que desató el multitudinario enfrentamiento entre jugadores.
Para ese entonces, la parcialidad del conjunto de Los Polvorines ya estaba trepada al alambrado e invadió la cancha para sumarse a la gresca, al igual que varios jugadores suplentes de sendos equipos.
Mientras algunos intentaban calmar los ánimos, la gente de Ombú fue arrinconando a los visitantes, que retrocedían haciendo frente y retrucando las agresiones. Ya con la situación completamente desbordada, los efectivos policiales intervinieron disparando varios tiros al aire. Aún así la persecución continuó hasta el vestuario visitante, donde los jugadores y cuerpo técnico de Caza y Pesca debieron refugiarse. De todas formas, incluso con varios policías en el medio, algunos simpatizantes y jugadores repartieron y recibieron golpes en la puerta del vestuario.
Minutos más tarde los jugadores de Ombú lograron calmar a sus seguidores y se retiraron, mientras los de Don Torcuato permanecieron custodiados por la policía.
Desde Caza y Pesca aseguraron que los desmanes podrían haberse evitado, pero todo ocurrió por "errores de la Liga y los árbitros". "Primero, no debíamos haber jugado en esta cancha (por la de Unión) sino en la de Atlético u otra más segura, ya que ésta no tiene las medidas de seguridad necesarias. De lo contrario, el publico no hubiese ingresado como lo hizo", sostuvo Néstor Luna, DT del campeón. Además agregó: "el árbitro le dio vida a Ombú cuando ya estaba liquidado con varios fallos polémicos, que fueron calentando el partido, innecesariamente. Y creo que el descontrol de la gente de Ombú pudo haberse controlado si se advertía a tiempo".
Por su parte, Diego Acosta, jugador de Ombú, expresó: "Ellos (por Caza y Pesca) siempre calientan los partidos, tanto en la cancha como desde el banco, hablándole al árbitro. En esta oportunidad fue el jugador de ellos que agredió primero a Diego (por Peñaloza) y todos lo vieron. Luego la situación se desbordó cuando entró la gente a la cancha".
El árbitro dio el partido por terminado, pero la resolución oficial y las sanciones a los jugadores y clubes se conocerán recién el miércoles, en la reunión de comisión de la Liga Escobarense.