La estadía en Argentina del presunto capo narco colombiano, Henry de Jesús López Londoño, es un enorme y complejo rompecabezas. A diez días de su detención en Pilar, los investigadores del caso poco saben de sus inversiones en el país, aunque un dato confirma que manejaba un caudal de dinero que difícilmente pueda justificar: en su casa de Nordelta, por ejemplo, hallaron 600 mil dólares en cheques del Banco Galicia.
La información fue confirmada por dos fuentes judiciales con acceso a la causa, quienes entendieron que el hallazgo sería un elemento de prueba más que suficiente como para iniciar una causa penal a nivel local por “lavado de dinero”. Incluso, desde Colombia aseguran que el dinero estaba destinado a emisarios del cartel mexicano Los Zetas que están en el país, con quienes presuntamente “Mi Sangre” planeaba reunirse el mismo día que fue apresado. Según las fuentes consultadas, el Servicio de Inteligencia (SI) se llevó de la casa del barrio Los Sauces documentación considerada de importancia para la causa y varios teléfonos satelitales. “Mi cliente no tiene cuenta bancaria, cheques ni chequera; sólo tarjetas de crédito”, refutó Carlos Olita, el abogado defensor de López Londoño, ante una consulta.
No obstante, aclaró que recién la semana que viene podrá acceder al informe sobre los elementos que fueron incautados del domicilio de su defendido. “Lo que sé es que se llevaron 5 mil dólares y creo que mil euros más. También un par de relojes, joyas de la mujer y dos computadoras personales”, apuntó el abogado.
La ruta del dinero es, precisamente, una de las principales pistas que siguieron los investigadores colombianos para ubicar a Mi Sangre en Argentina.
En Colombia aseguran que López Londoño “coordinaba” desde nuestro país “los contactos con la mafia y el envío de miles de millones de pesos para sus socios de Los Urabeños”, el cartel que supuestamente lideraba. “Se calcula que cada mes les giraba 5 mil millones (2.800.000 dólares)”, reconocieron fuentes policiales a la prensa local.
Parte de ese dinero llegaba a Colombia desde distintos puntos del continente y era enviado a nuestro país en valijas. En una de ellas, por ejemplo, colocaron un dispositivo de rastreo satelital que permitió ubicar el paradero de López Londoño. “Comenzamos a detectar que el dinero llegaba a Medellín procedente de Centroamérica, especialmente de Panamá, y luego era consignado en cuentas de testaferros y de supuestas empresas de bienes raíces en el cono sur”, señaló un investigador al diario El Tiempo de Colombia.
Del country a los barrotes. Mi Sangre está actualmente detenido en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza, bajo una estricta custodia. Está alojado en el Módulo 1, en un pabellón especial que comparte con un reducido números de internos, muchos de nacionalidad extranjera.
Según las fuentes, el próximo martes tendrá su primera salida desde que ingresó a la cárcel. A las 8.30 de la mañana será recibido por el juez federal Sebastián Ramos, quien deberá resolver el pedido de extradición solicitado por los Estados Unidos, y que podría demorar hasta sesenta días.
“Le quiere agradecer el trato recibido y contarle por qué se siente perseguido políticamente por el Estado colombiano”, explicó su abogado defensor.
Henry López Londoño fue apresado el martes 30 de octubre pasado a la tarde en cercanías de un exclusivo restaurante de Pilar. Hacía cerca de dos meses que Interpol y la SI monitoreaban sus movimientos en Argentina.
En la búsqueda colaboraron un empresario argentino y hasta un miembro de Los Urabeños, quienes habrían aportado información a cambio de una recompensa de 1.200 millones de pesos colombianos. Algo así como 660 mil dólares, casi el mismo monto que Mi Sangre tenía en su refugio de Nordelta, la casa que más frecuentaba y donde hasta fines de octubre vivía con su esposa, su hijo de 8 años y su beba recién nacida.
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