Seguirá preso el confeso asesino de la joven decapitada y liberan al hijo del homicida

El juez de Garantías de San Isidro Rafael Sal Lari dictó la prisión preventiva del comerciante que confesó haber matado, decapitado y enterrado a su ex pareja, Solange Aguirre, en Benavídez y en una isla de Entre Ríos, y también ordenó la libertad del hijo de éste por falta de pruebas en su contra.

Fuentes judiciales informaron que el juez consideró a Alejandro Francisco Reynoso (40) autor de "homicidio simple", por lo que modificó la imputación realizada por el fiscal de Boulogne, Jorge Fitipaldi, quien entendió que se trató de una "privación ilegal de la libertad y homicidio calificado por ensañanamiento".
Para resolver mantener preso a Reynoso padre, el juez valoró diferentes elementos de prueba, entre ellos la denuncia de la madre de la víctima, quien puntualizó que la última vez que vio viva a su hija fue el 5 de septiembre a las 20 en un supermercado de la localidad de Benavídez, en el norte del Gran Buenos Aires.
La mujer aseguró que Solange (22) le dijo que luego iría al comercio de su ex pareja y padre de su hija para pedirle dinero para la manutención de la menor.
También tuvo en cuenta la declaración de vecinos y comerciantes de la zona que vieron a la mujer con Reynoso después de las 20 y la grabación de cámaras de seguridad del supermercado "Galaxia", donde se ve salir a la víctima a las 19.45.
Respecto de Reynoso, el juez recordó que admitió su responsabilidad en el hecho y que precisó que, en el marco de una discusión mientras se encontraban en su pollería, le pegó un golpe en la sien a su ex pareja con una chaira para afilar cuchillos.
El imputado declaró que al advertir que la había matado, colocó el cuerpo en unas bolsas de consorcio grandes que había en el local, lo cargó en su camioneta y concurrió a su casa, donde estaba su hijo Sergio (19).
Siempre según el relato de Reynoso padre, por la madrugada le pidió al muchacho que lo acompañara a pescar a la zona del puente de Zárate Brazo Largo y cuando llegaron a una zona pantanosa sacó el cuerpo de Solange, una pala, una caja de pesca y le dijo a su hijo que se fuera.
Agregó que le cortó los dedos a Solange, luego la cabeza, le intento sacar el tatuaje con las iniciales "L A", que según él era por su nombre (Alejandro) y las de la hija de ambos, y la enterró.
Luego, tiró entre la vegetación la cabeza y los dedos de la joven y caminó unos 500 metros, donde encontró a su hijo, a quien nunca le dijo lo que había hecho, y volvieron a su casa.
El juez entendió que hay elementos suficientes para acusar del hecho a Reynoso padre, pero "no hay posibilidad de inferir participación alguna" de su hijo ni en la faz de privación de libertad ni en el crimen, ya que lo único que se sabe es lo que cuenta su padre y el fiscal no logró recolectar otras pruebas.
Por eso, Sal Lari dispuso la libertad del joven por falta de mérito y decidió mantener sólo en prisión a su padre.
En tanto, el magistrado también solicitó a la jueza entrerriana María del Mar Gatti, que intervino por el hallazgo del cadáver el 8 de septiembre, que le envíe todas las actuaciones, en especial los informes de la Policía Científica.
También reclamó a los médicos forenses intervinientes el resultado de la autopsia efectuada el 10 de septiembre y detalles sobre cómo se conservó el cuerpo, los fenómenos cadavéricos observados y la data, causa, manera y mecanismo de la muerte.
El cadáver fue hallado el 8 de septiembre en un camino vecinal próximo al puente Urquiza de la isla Talavera por pescadores paraguayos que habían visto a dos hombres enterrar algo.
Al averiguar se qué se trataba descubrieron el cuerpo decapitado y desnudo de una mujer, que luego fue reconocido por su familia como el de Solange.
Si bien el lugar fue rastrillado varias veces, la cabeza se encontró 21 días después, cuando el propio Reynoso fue llevado al lugar donde la había ocultado y marcó el lugar donde la había arrojado, que por el tipo de vegetación y las características del suelo habían impedido a los bomberos y policías encontrarla antes.