A los 61 años “Vitico”, dice que no puede tocar con gente de su edad. Asumido como un rockero conservador, confiesa extrañar “horrores” a Pappo.
–¿Qué sos Vitico? Algunos te consideran un bajista confiable; otros, un ícono.
–Soy alguien al que le gusta el rock y arma bandas de rock para el disfrute de otros amantes del género tan apasionados como yo. Lo más importante es la banda, la química que pueda llegar a tener. Que te haga mover el pie y digas "coño, estos tipos tocan bien". Pero hay algo de azar para que todo resulte. Como decía Keith Richards, la mejor banda de rock & roll del mundo está cada noche en un lugar distinto. Depende de la adrenalina, de las energías que se crucen, de tantas cosas.
–Insisto con tu condición de ícono. Tu bajo Precission, tu pose, el jopo. Más que Indiana con Sid, serías James Dean con Elvis.
–Es lo que hay, muchacho. Yo soy muy feliz de poder seguir haciéndolo. Gracias a los chicos (se refiere a su hijo, sobrinos y demás acompañantes en Viticus). Ellos se alimentan de mi experiencia; yo, de sus ganas, y así todo funciona muy bien. Esto es fundamental. Nunca tocaría con gente de mi edad. Me siento más cerca de los chicos que de mis congéneres. En realidad, mi único amigo en la música fue Pappo. Respeto al resto, pero con el único que tuve afinidad y cultivé el sentido del humor fue con él. Pappo fue el tipo más gracioso, lejos, de toda la historia del rock en este país. Además, el más talentoso. Tenía un carácter, eso sí.
–Te has peleado con él, calculo.
–Sí, por supuesto.
–¿Piñas?
–Algunas veces.
–¿Y se vuelve a tener la misma onda después de una gresca?
–Se volvió. Fundamentalmente porque el estado en que estábamos cuando sucedían las grescas nos volvía totalmente inimputables (se ríe).
–Hace poco te reivindicó Calamaro. Te hizo actuar en un clip, en el que se puso la remera de Viticus.
–Andrés es un amigo. Tanto mío como de Pappo. Y siempre estuvo más adelante en su forma de pensar. En este caso, habrá entendido que Viticus representa el rock & roll. Eso sí, el día de la grabación me llamó una productora y me pidió estar a tal hora para charlar con la vestuarista. "Ninguna vestuarista", le dije, acepto la invitación, pero salgo así como soy.
Agujas e impresión
En sus comienzos, Vitico pasó de La Pesada del Rock & Roll a La Joven Guardia. Un tránsito muy cuestionado en la época. Significaba abandonar la noción de rock como experiencia psicodélica para ponerse a animar carnavales con música beat. Vitico: "De La Pesada me fui porque muchos se picaban y, honestamente, a mí las agujas me dan impresión. Todo bien con las drogas, pero el modelo Pity Álvarez conmigo no va. Para salir a tocar, hay que estar a pleno. En Inglaterra a eso lo tienen muy claro".
Vitico dijo "Inglaterra", país que refiere a otro momento clave en su vida. Hacia allá partió en tiempos de Onganía, a principios de los años 1970, con el anhelo de "tocar". A juzgar por uno de sus títulos solistas (No me fue bien en el extranjero), la experiencia no fue todo lo que imaginó. "Estaba de moda la heroína, y tuve un romance con ella. Pero adaptarse a una cultura diferente no es joda. De afuera la mitificás, y después te das cuenta de que los ingleses no son como nosotros. Asimilar una cultura diferente no es lo que quería. Primero fue llegar a la torre de Babel, después fue afianzar la personalidad de un vasco latino y querer irme".
–¿Qué hiciste no bien aterrizaste, allá por 1971?
–Me esperaba un amigo argentino, pero le alquilé un cuarto a una inglesa. Todo era en inglés y yo no entendía un cuerno. Pero un año me alcanzó para moverme como pez en el agua. Me costó, no fue fácil. Estuve cerca del asunto, pero si hubiera llegado a las grandes ligas, estaría muerto. Tengo una personalidad adictiva desde muy joven.
Si bien llegó en tiempos en que las grandes bandas estaban a punto caramelo, complejizando su sonido y demás, Vitico vislumbró el punk antes del punk. Y no sólo eso. Fue tipificado por el mismísimo Pete Townshend (The Who) como el primer punk. "The punk and the godfather fue una miniópera que Pete me escribió. Tenía una letra de mierda", afirma.
–No pegaron onda con Pete...
–No, era un tipo muy cínico. De tan cínico que era, quizás, hoy se convirtió en pedófilo. Había algo indescifrable en él. Y es probable que sea esto que se descubrió hace poco. Las diferencias mías con Townshend no tienen nada que ver con cosas muy buenas que ha hecho.
–Pero qué banda.
–Fenomenal. Tuve la suerte de tocar con Keith Moon. Y eso hizo que ahora sea feliz. Cuando volví, yo me puse racional como Pete Townshend, y Pappo mantenía esa cosa inmanejable de Keith Moon. Era frontal y visceral.
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