RESULTADO DEL CONCURSO NACIONAL DE IDEAS Y ANTEPROYECTOS “PISTA NACIONAL DE REMO"

El 23 de diciembre pasado, se realizó en la sede de la Sociedad Central de Arquitectos la apertura de sobres con los trabajos que se presentaron al concurso. Los ganadores fueron los siguientes:

Primer Premio: Trabajo K Autores: Arq. Saturnino Armendares, Arq. Pablo Ferreiro y Arq. Joaquín Leunda. Equipo Asociado: Arq. Roberto Dufrechou y Arq. Andrés Gómez. Equipo de Proyecto: Arq. Valeria Trotelli, Griselda Balian, Hernán Landolfo, Alejandro Camp, Arq. María Eugenia de Loredo y Arq. Yanina Novotny. Segundo Premio: Trabajo L Autores: Arq. Ana Klotzman, Arq. Pablo Makler y Arq. Gabriel Makler. Colaboradores: Arq. Pablo Leguizamón, Gabriel David Stivala, Martina Borsani y Pablo Taberna. Asesores: Lucía Schiappapietra - Paisajismo Tercer Premio: Trabajo F Autores: Arq. Jorge Do Porto, Arq. Eugenio Xaus y Arq. Leonardo Russo. Colaboradores: Arq. Luis Pereira, Arq. Juan Cristal, Arq. María Eugenia García Castera, Arq. Ramiro González Prieto, Arq. María Xaus, Damián Cragnolino y Mario Gagliano. Asesores: Florencia Marinot, Paisajismo; e Ing. Daniel Gordano, Estructura Mención: Trabajo A Autores: Arq. Norberto Iglesias, Arq. Daniel Ortiz, Arq. Antonio Ledesma y Arq. Lucía Mazzaglia. Asociados: Fabricio Contreras Ansbergs, Arq. Nahuel Elías, Cristian Maldonado y Martín Hong. Colaboradores: Facundo Cureses. Asesores: Fabián Narvaez, Inmobiliario; y Lucía Schapapietra, Paisajismo. Crítica del jurado. Consideraciones preliminares: El carácter del llamado a concurso, ha sido de Ideas y Anteproyectos. El objeto es el ordenamiento de una porción del territorio del municipio de Tigre, detectado como área de oportunidad para desarrollar programas mediante “propuestas de los participantes que enriquezcan formas de gestión más abiertas, y acordes a este siglo”. Las presentaciones han tenido características muy disímiles en programa, definición y carácter. En consecuencia, el jurado se ha visto ante la dificultad de tener que evaluar presentaciones de muy diversa índole, no comparables mediante un conjunto homogéneo de criterios. Por ello, además de analizar las calidades arquitectónicas y urbanísticas de las propuestas, se han ponderado los componentes de valor diferencial de cada idea y anteproyecto. Crítica de las propuestas: Primer Premio: Láminas identificadas con la letra “K” El mérito destacable es la clara propuesta de generar un parque con las calidades propias de un humedal típico del carácter del Delta. La propuesta de llevar adelante un parque público para la remediación de situaciones de degradación natural, y expresar que este aspecto actuará como un programa de educación demuestra una fina percepción de los alcances del presente concurso. El jurado resalta la intención paisajística ambiental de esta propuesta, sin que la misma haya descuidado las instancias de equipamiento rentable a través de diversos programas de interés que permite la rentabilidad del emprendimiento. El Centro Cívico, que contempla usos comerciales, y el área de hotelería y servicios son funciones que el jurado considera compatibles dentro del área objeto del concurso. También se aprecia favorablemente la flexibilidad de la propuesta, ya que permite la redistribución y el agregado de nuevos usos, siempre en el marco del espíritu “natural” y del lenguaje que dio el proyectista a la propuesta. Esta destaca, además, la fuerza comunicacional y la pertinencia del mensaje que implica un Parque del Humedal, dotado de Plazas Aromáticas; Nidos de Mimbre y el Pabellón del Agua, que reinterpretan las calidades ambientales de las temáticas relacionadas con las riberas de ríos. Quedan, para un análisis detallado, las implicancias del área denominada “Tigre Arena” en la zonificación que -según los autores- concentraría a unas 12.000 espectadores, y esto podría desequilibrar al “Parque del Humedal”. El otro punto a analizar es la eventual fragmentación que produce la traza de la calle interna, dejando al sector triangular separado del “objeto que mira a la Pista” al tiempo que pone en riesgo la privacidad residencial lindante. Asimismo, se considera un verdadero desafío la proximidad del “Camino de los Remeros” con el “Parque del Humedal” teniendo en cuenta la fuerte tendencia de aquel a transformarse en una vía rápida de alto tránsito. Se deberá estudiar en profundidad la coexistencia en el área objeto del concurso del tránsito “pasante” con el tránsito “paseante”. El jurado evaluó que resulta imprescindible la incorporación de un equipo de profesionales multidisciplinar que asegure la gestión científica de la propuesta expresada en imágenes y dibujos, para que se convierta en un verdadero proyecto con implicancias ambientales correctamente enfocadas en cuanto a su vida y su continuidad. Por todo lo expuesto, el jurado considera que tiene méritos suficientes para ser premiado en primer término. Segundo Premio: Láminas identificadas con la letra “L” Se destaca la integración de dos polos de desarrollo: el parque público y la secuencia de edificios. Se rescata la posibilidad de desarrollar los edificios en distintas etapas según surjan las necesidades y modos de afrontar las inversiones futuras. Es destacable el emplazamiento de un área arbolada a modo de fuelle entre los sectores residenciales existentes y los nuevos programas a incorporar. Esta situación de barrera favorece la protección de vientos para el desarrollo de las competencias de canotaje y remo, permitiendo la inclusión de sendas con paisaje boscoso, a la vez que asegura la privacidad de los sectores residenciales lindantes. La conectividad transversal sobre la que se basan muchas de las decisiones del trabajo resulta ser en algunos casos excesiva y forzada como la cantidad de puentes que cruzan el Camino de los Remeros en altura. Se valoran los lineamientos generales que han guiado esta propuesta. La decisión respecto a las tipologías edilicias adoptadas no aseguran la sinergia de funciones que se pretende. Es un anteproyecto que propone consolidar un lugar de encuentro y referencia que traspase los límites del municipio, generando con ello una revalorización de lo público por medio del concepto de “Parque de los Eventos”. El jurado destaca como virtud que la mutabilidad de los programas propuestos no parece afectar las características espaciales de la propuesta total. Tercer Premio: Láminas identificadas con la letra “F” Se rescata la propuesta su intención de lograr una extrema síntesis, lo cual dota de una fuerza expresiva de gran impacto espacial al conjunto. No obstante, esa posición lleva a sus autores a materializar en una primera etapa los 27.754 m2 de construcción para configurar la gran cubierta que en una segunda instancia albergue a los distintos volúmenes destinados a los emprendimientos. También se observa que esta propuesta está limitada por tener que generar un diseño muy cuidado de la cubierta general para lograr el nivel de una obra pública perdurable en el tiempo, situación o requisito que no se advierte en el material presentado. Por otro lado, este elemento ya descripto como de “extrema síntesis” fue también considerado por el jurado como un elemento dotado de una escala inapropiada que impacta de modo excesivo en el territorio a colonizar. Se determina, además, la carencia de una propuesta a nivel urbanístico quedando simplemente en un aporte eminentemente objetual, con todas las implicancias negativas que conlleva. Primera Mención: Láminas identificadas con la letra “A” Se otorga la primer mención por el acercamiento de la propuesta al programa con el foco puesto en su viabilidad y el detallado análisis de los componentes del programa propuesto. Este encuadre realista califica la presentación dentro del grupo de las alternativas viables de realización, por su factibilidad de gestión e implementación. Se destaca que esta definición programática no obstaculiza cambios posteriores por necesidades de flexibilidad y adaptación a condicionamientos cambiantes de mercado. Su organización factible de ser desarrollada en etapas, junto a una organización y zonificación en el predio a partir de varias centralidades posibles y que generan un uso intensivo del polígono a intervenir, y no lo atomiza. La etapa final muestra una voluntad paisajística que acompaña la identidad espacial de cada una de las centralidades. Sin embargo, se percibe cierta dilución de las virtudes de las partes, al momento de apreciar el conjunto como un todo.