"Mi vida pasa por el club y no lo pienso dejar", advirtió el Jefe de Gabinete.
Podrá estar descansando en Pinamar, pero Sergio Massa siempre tiene tiempo para el fútbol. En medio de un fin de semana a pura playa, el Jefe de Gabinete aceptó hablar de su relación con el Club Atlético Tigre, y sorprendió admitiendo lo que todos saben en Victoria: que allí tiene "la última palabra".
"Dicen que soy el último vocal, siempre tengo la última palabra", fue la insólita confesión que, medio en broma y medio en serio, el funcionario hizo en las arenas atlánticas, a quien le reconoció también que "de pibe, por papá, era hincha de San Lorenzo".
No obstante, enseguida Massa aclaró que su relación con Tigre data de mucho tiempo atrás. "Desde que me mudé al municipio empecé a seguirlo", dijo, a lo que agregó que en principio "ayudaba al club, pero desde afuera". Es decir, no como en los últimos cuatro años, en los que aún sin ostentar el cargo de presidente fue claramente quien cortó el bacalao en la entidad norteña.
Lo más sorprendente de la entrevista, no obstante, llega cuando, pese a la nutrida agenda que maneja como jefe de Gabinete, Massa advierte: "Mi vida pasa por el club y no lo pienso dejar". A tal punto llega el fanatismo que Massa proclama sentir por Tigre, que no se pone rojo al confesar que ha insultado a algún futbolista del club: "Cada tanto le mando saludos a la madre un jugador que se manda alguna cosita fuera de lugar", dice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario de la noticia: