Como en 2006, cuando lo dirigía Ricardo La Volpe, en este Apertura volvió a dejar escapar la chance de liderar en soledad la punta. No pudo con Gimnasia y lo alcanzaron Tigre y San Lorenzo; acecha Lanus
El fantasma del pasado acecha el presente de Boca. Si en 2006, dirigido por Alfio Basile primero y Ricardo La Volpe después, en el tramo final, se quedó y fue alcanzado por Estudiantes, ahora los que lo emparejaron en la punta del torneo fueron San Lorenzo y Tigre.
En aquella oportunidad, el que lo alcanzó fue el Estudiantes de Diego Simeone y Juan Sebastián Verón; ahora el Tigre de Diego Cagna (un hombre de la casa), Carlos Luna y Leandro Lázzaro, y el San Lorenzo de Miguel Ángel Russo equipararon posiciones. Y en esta carrera no puede olvidarse nadie del Lanús de José Sand y Luis Zubeldía.
Pero lo llamativo es que Boca llegaba a la anteúltima fecha con dos puntos de ventaja y la posibilidad de mantener, al menos, la diferencia frente a un Gimnasia y Esgrima La Plata cuyos integrantes habían anunciado, en los días previos, que le iban a dar pelea a Boca.
Ellos cumplieron. Los que no lo hicieron fueron los de Boca, a quienes no les alcanzó la verborragia (o confianza ciega) de la que hace gala todo el tiempo el cuestionado entrenador Carlos Ischia.
Este año, al igual que hace dos, Boca puede verse forzado a dirimir sus chances en un desempate que puede ser entre dos equipos o bien en un triangular o, por qué no, cuadrangular. Todo depende de los resultados del próximo domingo.
En diciembre de 2006, cuando Boca se vio obligado a dirimir el Apertura con un Estudiantes que lo alcanzó en la punta, el panorama era complicado en la cancha de Vélez. Parecía increíble, pero el equipo llegaba a tal partido con el ánimo por el suelo, como vencido.
Bien lo supo aprovechar, en medio de un clima inolvidable, Estudiantes, que a pesar de haber arrancado con una derrota parcial, lo dio vuelta y se llevó el título.
Boca aquella vez se quedó con las manos vacías. Ahora la historia pinta similar. Volvió a resignar la punta pero a manos de dos equipos y no de uno, como hace dos años. Y pueden ser tres, si se da todo como para que Lanús también aproveche el salto.
Sea como fuere, en La Boca sobrevuela el inolvidable fantasma de La Volpe. Ahora, con Ischia como protagonista.
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