Muni derrotó a Tigre RC gracias al orden

Ciudad de Buenos Aires ganó su segundo partido consecutivo, esta vez de visitante frente a Tigre Rugby Club por 36 a 20. Muni lleva 4 victorias en 7 partidos y suma confianza. Si a uno le dicen “anda a ver a Tigre” piensa en fútbol, si le dicen “anda a ver a Muni” piensa en hockey. Pero Tigre y Muni también juegan al rugby y este sábado disputaron un gran partido por la Zona F del Grupo II. El encuentro fue muy luchado los 80 minutos, Tigre buscaba su segunda victoria en el campeonato y Ciudad quería afianzarse en los primeros puestos. Con mucho nerviosismo fuera de la cancha y dos amarillas dentro, la visita se quedó con una lucha durísima gracias al orden. En el primer tiempo el que pegó primero fue el Matador con un penal de Martín Guiraldi que puso las cosas 3-0 a los 18 minutos. Ahí la visita aprovechó la velocidad de sus wingers, Javier Ruibal y Luciano Girotti, quienes anotaron a los 20' y 30' minutos respectivamente. Rubial convirtió su propia volada pero no la de su compañero para ponerse 12-3 arriba. El partido era de ida y vuelta, 4 minutos después del try de Girotti, Diego Colomino marcó de a 5 para TRC y, más la conversión de Guiraldi, el partido quedó 12-10 para Muni. Atención, porque la primera etapa no terminó ahí. En el último minuto las manos de Fernando Gutiérrez y el pié de Ignacio Ramos cerraron el parcial 19-10. El segundo tiempo fue muy parecido, Ciudad dominaba ordenadamente y Tigre buscaba, buscaba y buscaba. A los 5 minutos los de Capital Federal llegaron al Bonus Try gracias a Eduardo Dubin, conquista luego convertida por el jugador con más energía Ignacio Ramos. Quince minutos más tarde el mismo capitán aumentó diferencias mediante un penal, 29-10 y el local no aparecía. ¿Me llamaron? acá estoy. Tigre anotó 2 tries en 3 minutos a través del capitán Guiraldi y Javier Alello, pero ninguno pudo ser convertido por el medio scrum y así el Matador cerró su cuenta. Solo quedaba tiempo para el try convertido de Pedro Arenas, hooker de Muni. Finalmente ganó la visita 36 a 20 y más allá de todos los reclamos que recibió el árbitro por parte de la gente local, el partido terminó en paz. La bronca quedó dentro de los 80 minutos y ambos equipos se saludaron muy cordialmente. Lo importante ahora era pensar en sus próximos compromisos.