En un partido emocionante en las tribunas y deslucido dentro del campo de juego, Velez y Tigre igualaron 1 a 1. Para el local convirtió Víctor Zapata después de una muy buena jugada personal y empato Matías Giménez con un gran remate de larga distancia que sorprendió al arquero German Montoya. Con este empate, el matador se mantiene en la punta del campeonato
La noche daba para ilusionarse. Templada, con un atractivo partido preliminar que finalizo 2 a 2 y con dos equipos con hambre de victoria, Velez y Tigre eran los grandes protagonistas. El clima en las tribunas contribuía de gran manera para justificar la expectativa que había alrededor de los 22 actores. Por un lado, la gente local, irritada por la situación de su equipo que en las primeras fechas no había dado respuestas, empatando en su casa con Independiente y siendo derrotado por Argentinos Juniors con un contundente 4 a 1. Por el otro lado, la gente de un Tigre que venia entonado y puntero, luego de lograr una histórica victoria en cancha de San Lorenzo y sorteando también un duro escollo como el Arsenal de Daniel Garnero.
Pero todo esto no basto para que los equipos se contagiaran. El primer tiempo estuvo marcado por el enojo de los hinchas velezanos con su equipo. El clima facilitaba el trabajo del matador, que se sentía cómodo dentro de la cancha y tenia las situaciones mas claras con un buen control de pelota de la mano del ahora goleador Diego Castaño. Tigre no pasaba mayores sobresaltos en su área, salvo por los atrevimientos del juvenil Jonathan Cristaldo que estuvo a punto de abrir el marcador, pero su remate se estrelló en el poste izquierdo de Daniel Islas.
Orden y tranquilidad eran los parámetros que empujaban al matador hacia el arco local, con un Martín Morel que encontraba la pelota y se entendía de manera casi perfecta con sus dos delanteros. Y fue justamente el tridente Morel-Villegas-Lazzaro el que dispuso de las mejores situaciones para el conjunto de Victoria. Pasada la primera mitad del primer tiempo, el local dejo de lado sus preocupaciones de lado y empezó a jugar. Le robo la pelota a Tigre, controlo el mediocampo gracias al aporte del experimentado Fabián Cubero que se hizo amo y señor de la pelota. Pero los esfuerzos del jugador marplatense no bastaban, ya que necesitaba más actividad de sus compañeros en el frente de ataque.
La primera parte termino con los dos equipos luchando por la pelota y olvidándose que para ganar necesitan meterla dentro de los arcos. Esto fastidio mas a la exigente platea local que focalizo sus reclamos en el ex técnico de Tigre y de las selecciones juveniles Hugo Tocalli y en Víctor Zapata, además de incriminar al arbitro Federico Beligoy, de una correcta actuación, a pesar de obviar una mano de Emiliano Papa dentro del área de Velez y una falta de Juan Carlos Blengio ante una nueva arremetida del delantero Cristaldo.
El segundo tiempo auguraba un clima inaguantable para Velez, el José Amalfitani era una caldera a punto de explotar, pero a los 11 minutos, los de Liniers encontraron un respiro. Luego de una desinteligencia de la defensa tigrense, Zapata encontró un hueco en la sólida defensa visitante y definió de gran manera ante la salida del Islas. Parecía que el rumbo del partido cambiaba ya que Velez tomo confianza e iba decidido a conseguir una ventaja mayor, empujado por su gente que olvido los reclamos y empezó a alentar a su equipo. Aunque el partido se hizo de ida y vuelta con chances para los dos, daba la sensación de que el local estaba mas firme. Pero este castillo de arena pronto se derrumbo. Una escapada de Matías Giménez por la derecha termino con la armonía que se vivía en Liniers. El Volante de Tigre llego a tres cuartos de cancha, se perfilo para su zurda y vio que el arquero local se adelantaba para cortar el centro, en ese segundo cambio el rumbo de su prodigiosa pierna izquierda y termino de clavar su remate en el ángulo del palo desprotegido por el guardameta local.
Después de los pertinentes festejos de los visitantes, la platea de Velez comenzó a hostigar al árbitro del encuentro que no hizo mas que penalizar el juego brusco (termino con 6 amonestados) que implemento Velez para descargar su impotencia. El objetivo fue, durante toda la tarde el goleador visitante de la noche, Giménez, que sufrió las patadas de los locales. Desde ese momento el clima caliente se traslado al campo de juego. Tigre no se quedo atrás y Norberto Papparato quiso hacer justicia por mano propia y golpeo de una manera muy violenta a un adversario cuando la pelota ya no estaba en juego. Esto hizo enardecer aun mas a los jugadores velezanos que terminaron con una amarilla para el arquero Montoya y nada para el defensor visitante. Esos últimos minutos hicieron revivir el fuego de la caldera con tribunas donde se jugo el partido, que se desdibujo, a pesar que Tigre dispuso de varias ocasiones para llevarse los tres puntos.
El reloj siguió corriendo y ambos equipos terminaron conformándose con la igualdad. Vélez, de todas maneras, necesita de manera urgente una victoria, ya que tiene apenas dos puntos en tres partidos disputados. Al Matador, el resultado le cayó mucho mejor, ya que sigue invicto y se mantiene en lo más alto de las posiciones, junto a Colón.
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