El remero Santiago "Pollo" Fernández aseguró hoy que advierte "un cambio positivo" en la conducción de su deporte, luego que en el pasado tuvo que competir con botes viejos o prestados, dormir adentro de un automóvil en Austria, enfrentarse a la Asociación Argentina de Remo (AAR) y practicar en aguas contaminadas.
"Tuve muchísimos problemas, todos los conocen. Pero ahora los dirigentes están trabajando bastante mejor", sostuvo Fernández, luego de realizar su entrenamiento matinal en el Shunyi Park, distante unos 35 kilómetros del centro de Beijing, donde se llevarán a cabo las competencias olímpicas del remo.
"Por suerte, las cosas parecen haber cambiado en la Asociación. En marzo llegaron dirigentes nuevos y confío en que ellos no repetirán los errores", agregó una de las máximas esperanzas de medalla de la delegación argentina, quien participará de su tercer juego olímpico en Beijing.
Fernández compitió en Atlanta 1996, donde culminó 13ro. en la categoría cuádruple par, y en Atenas 2004, donde fue finalista del single scull y obtuvo un meritorio cuarto puesto. En Sydney 2000 estuvo ausente, debido a una fractura en el brazo izquierdo que le impidió competir en el preolímpico.
Camino a Beijing, el "Pollo" Fernández dispuso de un año casi exclusivo de preparación, luego de haber obtenido su clasificación en el Mundial de Munich, donde además pudo comprarse una embarcación nueva, que utilizó durante sus entrenamientos.
"Gracias a mi esfuerzo, al de mis sponsors y a la Secretaría de Deportes de la Nación tengo un bote de primer nivel, de lo mejor que hay en estos momentos en el mercado, así que voy a competir con un buen bote", se entusiasmó el argentino, nacido el 23 de septiembre de 1976 en Capital Federal.
"El remo es un deporte caro. Generalmente, los deportistas no se compran sus botes o sus remos, sino que se los proveen los clubes o la selección", dijo.
"Un 'single' cuesta alrededor de 8.000 euros en Europa, a lo que hay que agregarle todos los costos del traslado", explicó Fernández, quien se inició en el remo a los 13 años en el Club San Fernando, luego de haber probado otras disciplinas, como la natación, el rugby y el voleibol.
Sin embargo, no todo fue ideal en la preparación del remero argentino, sobre todo durante sus entrenamientos realizados en la Pista Nacional de Remo, en Buenos Aires, donde las aguas turbias del río Reconquista le impidieron trabajar con normalidad.
"Eso ya no era una pista de remo. Por suerte, hubo un acuerdo entre la Municipalidad de Tigre y la Secretaría de Deportes para arreglarlo. De acá a un año o dos, quizás tengamos un lugar digno para remar. Creo que las obras ya comenzaron y estoy contento por eso", reveló.
Además, en junio del año pasado, Fernández se vio obligado a dormir en el interior de un automóvil, en la ciudad austríaca de Linz, sede de la Copa del Mundo, debido a que la AAR no le había reservado hotel, ni comida, ni transporte.
Poco tiempo después, el "Pollo" se dio el gusto de conquistar el oro en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, donde le dedicó el triunfo a los dirigentes: "Esta medalla es para todos los que están en el remo, menos para los dirigentes, que no nos ayudan", descargó su bronca.
El panorama parece haber cambiado a partir de marzo. Por eso, Santiago Fernández, después de tanto remar contra la corriente, ahora se anima a soñar.
"Mi objetivo es volver a estar en una final, pero el deseo es la medalla. No quiero asegurar nada, pero mi sensación es muy buena", concluyó.
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