Luego de tantos años fuera del país, de tantos clubes, de varios mundiales… Gonzalo Quesada regresó a su casa. Esa que lo vio nacer y que lo encuentra, en sus últimos pasos como jugador.
Queso, como lo llaman sus amigos, ya había participado unas semanas atrás en la Intermedia de su querido Hindú. Pero este fin de semana pasado, el diez volvió a vestir la camiseta azul y amarilla en la primera división del conjunto de Don Torcuato. Fue frente al asperísimo Tala, por la última fecha del Nacional de Clubes, y con derrota incluida: “Después de un año y medio, y en caliente, te digo que la vuelta es dura. Tala no nos regaló nada. En el primer tiempo estuvimos bien, pero la verdad es que nunca pudimos agarrar la manija del partido”, comenta Gonzalo.
El back jugó todo el encuentro, y aunque se lo vio algo tibio físicamente, su patada dejó entrever que la magia está intacta, por eso el apertura aclara: “Estaba con mucho entusiasmo. Y pese al cansancio, terminé muy bien”.
Sobre su puesta a punto, el ex jugador de los Pumas, manifestó que “no estaba para jugar los 80 minutos. Pero como había varios lesionados en el puesto, se me hizo un hueco y no dudé. Igual, no me vuelvo loco, en tres semanas no se puede hacer milagros. El ritmo de la Intermedia no es mismo…”
La gente se entusiasma con la idea de ver al crack con la camiseta de Hindú por mucho tiempo más, y sobre todo, si se lo junta con el resto del plantel de elite que tiene el bicampeón de la URBA, aunque Gonzalo, no duda en sacarla al touch: “Por ahora no tengo nada pensado. Tengo dos meses de vacaciones y voy a ver lo que hago”.
No sabemos cuánto tiempo más vamos a ver la magia del botín del diez en una cancha, pero por las dudas, sigamos disfrutando…como si fuera ayer.
Gonzalo Quesada, desde su vuelta a Hindú, había sumado pocos minutos en Primera. Sin embargo, ante Tala, por el Nacional de Clubes, jugó desde el arranque y completó un partido entero: “Me sentí muy bien”, le comentó el 10 a A Pleno Rugby.
Ya había participado algunos minutos en el triunfo ante Pucará (aportó dos conversiones) y otros tantos en la caída ante Belgrano. Claro, todo esto en Intermedia, y por el Top 14 porteño.
Pero Gonzalo Quesada, uno de los hijos pródigos de Hindú y partícipe activo de los dos primeros títulos del conjunto de Don Torcuato (1996 y 1998), el sábado pasado ante Tala, por el Nacional de Clubes, volvió a calzarse la camiseta número 10 de su querido club y disputó un partido entero en la Primera de Hindú tras nueve años.
“Me tocó jugar –sostuvo- por la cantidad de cambios que hizo el equipo, la verdad que no me lo esperaba”. Y agregó: “Estoy parado hace más de un año y medio (su último partido oficial lo jugó para el Toulon a mediados del 2007) y siempre dije que mi paso por Buenos Aires es por unas vacaciones. Mientras tanto, aprovecho y me doy el gusto de jugar. Era un sueño a cumplir”.
Sin embargo, no le fue esquivo a la pobre producción de su equipo. Hindú, si bien ya estaba clasificado de antemano, fue derrotado sin atenuantes ante el buen cuadro cordobés. Al respecto, Gonzalo señaló: “Tala nos jugó un gran partido, con más hambre. No le encontramos nunca la vuelta. Fue todo mérito de ellos. Fuimos dominados”.
Quesada debe regresar a mediados de septiembre a Francia, en donde ejercerá en su nuevo puesto de trabajo como entrenador de pateadores de la Selección local, función en la cual ya debutó en julio pasado con la caída de Les Bleus ante Australia (40-10).
“Todavía no tengo nada firmado, pero dentro de unas semanas me tengo que volver. Es una muy buena oportunidad”, remarcó, y se fue rumbo al vestuario, aquel que tantas alegrías le trajo, no sin antes manifestar sus sensaciones: “Es un placer entrar de nuevo a esta cancha. La verdad es que terminé muy bien. Para tener tres semanas de entrenamiento no es poca cosa. Fue durísimo, pero me sentí bien. Al menos no me rompí nada, je”, concluyó el goleador del Mundial de 1999 con 102 tantos.
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