Hacer noche en el Tigre

El verano muestra la cara más esplendorosa de Tigre, que ahora es destino clave en la hoja de ruta de la mayoría de los turistas extranjeros que visitan nuestro país.El paso obligado por la ciudad de Buenos Aires, donde se alojan hasta en dos o más etapas de sus viajes debido a la obligación de recalar en Aeroparque para buscar luego otro destino, viene generando un "derrame" turístico hacia el Delta. Todo esto ha sido vital para el fenómeno que se desata en Tigre: hoy las casas de familia reciben turistas, los emprendimientos se multiplican y la figura del Bed & Breakfast (hogares que ofrecen cama y desayuno) encuentra allí un importante bastión. A partir de este auge aparecieron lugares como La Ruchi –pionero entre los Bed–, Tigre Hostel (recientemente inaugurado), La Soñada, La Posta, La Rosada o simplemente algún cuarto de cualquier familia dispuesta a dar servicio y, obviamente, hacer algunos pesos para la economía familiar. Claro que la temporada tiene su máxima ocupación entre diciembre y marzo, lo que exige a los trabajadores hoteleros a esmerarse para encontrar el "otro cliente", como suelen llamarlo. En La Soñada afirman que lo más destacado para los visitantes –que llegan de todo el mundo- es el ambiente cordial que encuentran, la tranquilidad del lugar y el confort de las instalaciones (una casa de principios del siglo XX en impecable estado, rodeada de añosa arboleda, con piscina y todos los servicios). Julio Pérez , uno de los encargados de La Soñada explica: "La idea es hacer sentir al visitante en su casa, pero siempre estando atento a sus requerimientos y brindando orientación turística. El desayuno también juega un rol preponderante, desde el pan casero hasta el jugo de naranja exprimido.". Importante preguntar por las suites Felicaria y Barquita, las estrellas del lugar, además de la que denominan "noche soñada", algo similar a la noche de bodas, que también se llevan acabo allí. Sobre la costa del río Luján se encuentra Villa Julia, con cinco exclusivas suites, restaurante y piscina. Una casona en perfecto estado, con tarifas que arrancan en los 155 dólares la noche, en base doble con desayuno. El Delta redobla la apuesta y ya no son sus típicos recreos u hosterías la única postal que alguien puede encontrar a la hora de quedarse a dormir: lugares como Rumbo 90, en la primera sección de islas, un lodge y spa a orillas del Canal del Este. O La Pascuala (en la segunda sección, que pertenece a San Fernando) marcan la diferencia de servicio y calidad. Claro que las tarifas se ajustan a la calidad del servicio. Para exigentes.