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sábado, 3 de mayo de 2008

El potencial del Delta, más allá del incendio. EL MANEJO DE PASTIZALES: ANTE LOS RECIENTES PROBLEMAS EN LA ZONA

Los autores destacan la fuerza productiva de la región y que sólo especialistas pueden manejar el fuego. "Piro" es una palabra griega que significa fuego. "Genia" proviene de génesis, inicio. Los pastizales que crecen en forma espontánea en el Delta del río Paraná son pirogénicos, es decir, pueden iniciar fuego con facilidad. Los pastizales, o para ser más precisos, la biomasa herbácea que se acumula en las islas, es sumamente pirogénica cuando se seca y puede iniciar fuego con facilidad. Ese fuego pueden ser espontáneo, accidental o intencional. En términos ecológicos, se conocen como plantas pirofílicas las que soportan los incendios y rebrotan con facilidad. Es el caso de la mayoría de las especies que se encuentran en las islas. Pero no todas son pirofílicas. Algunas especies de gramíneas y leguminosas, entre las que se encuentran las mejores forrajeras, no soportan el fuego. Las especies pirofílicas de menor valor forrajero son las que se perpetuaron en las islas del Delta del Paraná, resistiendo a los incendios. Después de un incendio rebrotan rápidamente y a las pocas semanas se endurecen (lignifican), perdiendo palatabilidad y valor nutritivo. La pirotecnia refiere al uso del fuego para manejo de pastizales. El fuego como herramienta es una técnica ancestral pero todo depende quién la use y con qué fines. Por lo general, el isleño que se dedica a la ganadería vacuna sabe que quemar un totoral es contrario a sus intereses. Por eso, la pirotecnia en el manejo de pastizales requiere de conocimientos y habilidades de especialistas. El fuego prescripto y controlado puede ser beneficioso utilizado bajo controles técnicos. Las islas del Delta abarcan casi 2.000.000 de hectáreas ubicadas junto a centros importantes de consumo, como el Gran Rosario y el Gran Buenos Aires. Si se las dejara ociosas no desaparecería el peligro de los incendios. La biomasa herbácea que se acumularía, en algún momento provocaría un incendio espontáneo, accidental o provocado. Existen dos abordajes al tema: el táctico o las medidas inmediatas, y el estratégico o de mediano plazo. En forma inmediata se deben controlar todos los focos de incendio. Hace falta detectarlos y controlarlos con los medios y técnicas disponibles. Una técnica que no se debe desechar es la del contrafuego con fuego. En algunos casos puntuales, para evitar la expansión del incendio se puede construir un contrafuego, incendiando y apagando una franja de vegetación a sotavento del incendio principal. Cuando el fuego avanza se encuentra sin material combustible y se extingue. En el mediano y largo plazo, habría que establecer un sistema de alerta y mapeo permanente de la vegetación de las islas, con la ayuda de imágenes satelitales. Se podrían detectar los lugares en los cuales potencialmente se podrían producir incendios y recomendar a los ocupantes la adopción de medidas preventivas. También habría que prohibir, por ley, la quema de vegetación sin la autorización de la autoridad competente. El estudio de la biodiversidad de las islas del Delta debería ser objeto de especial atención. Es necesario conocer el funcionamiento del ecosistema, a los efectos de establecer pautas de manejo. Por otra parte es necesario desarrollar tecnologías apropiadas para el manejo sustentable de la producción económica de las islas. Las características ecológicas del Delta hacen que no se puedan transplantar las tecnologías de producción, agrícola, ganadera, ni forestal, tal como se practican en tierra firme. Quemar en forma descontrolada afecta negativamente a los habitantes y, además, no asegura ni un adecuado nivel de productividad ni la conservación del recurso forrajero y de la biodiversidad. La ganadería en las islas del Delta se practica desde hace tiempo. Ultimamente sólo se aumentó la cantidad de animales. Las tecnologías utilizadas no son las apropiadas. No se construyen alambrados, no se hacen trabajos de infraestructura productiva, no se adoptan medidas para prevenir penurias forrajeras, ni se tiene en cuenta la posibilidad de inundaciones. Contrariamente a lo que mucha gente supone, la ganadería intensiva bien manejada eliminaría la necesidad y el peligro de incendios. El aprovechamiento del potencial productivo de las islas del Delta del Río Paraná es mínimo. Por su ubicación geográfica y sus condiciones ecológicas, utilizando técnicas adecuadas, podría ser una región que abasteciera de bienes y servicios a toda la población urbana que las rodea e, inclusive, con destino a exportación

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