TIGRE CERO POSITIVO. LOGRO LOS PUNTOS PLANTEADOS COMO OBJETIVO Y SE ACERCA A LAS COPAS

Llegar al objetivo deportivo de la permanencia es para el humilde, en fútbol, sinónimo del campeonato que conquista el grande, similar al título que que atesora el poderoso, equivalente al ciclo victorioso que se cierra cuando en la escenografía manda la abundancia. Se entiende fácil, claro que se entiende, el festejo de Tigre por el punto obtenido en Avellaneda. El grupo que encabeza Diego Cagna había resaltado las 50 unidades como un número esencial para seguir en Primera. Y, de paso, el primer eslabón de la cadena para terminar clasificándose para las Copas Sudamericanas. El equipo de Victoria ha dado acabadas pruebas de los méritos que hizo en esta temporada para estar y seguir en la división más grande. Más allá del resultado que obtenga, Tigre se planta ante el que cuadre con armas nobles, variedad de esquemas tácticos y un puñado de buenos jugadores con poco nombre todavía pero con jerarquía más que suficiente para trascender. Con más claridad para atacar en el Apertura pasado y menos brillo y vuelo en este Clausura, Tigre se sobrepuso sin lamentos exagerados a la pérdida de solidez y poderío ofensivo, dos elementos esenciales en este juego. Por la partida del defensor central Alexis Ferrero -se incorporó al Botafogo de Brasil-, la retaguardia se quedó sin un último hombre con velocidad de atacante externo. En lugar del ex jugador de Ferro y Atlanta, Cagna probó primero con Lucas Alesandria y terminó quedándose con Cristian Leyes, un pibe de Independiente -categoría 86- que llegó a préstamo. Los problemas para el entrenador no acabaron en su propia área. Por el contrario, se trasladaron a la otra, ya que Leandro Lázzaro no resistió la tentación deportiva y económica de jugar la Copa Libertadores con la camiseta de Estudiantes y al lado de Juan Sebastián Verón. Subcampeón de Lanús en el Apertura con 34 puntos, es probable que los 16 actuales sepan a poco, aunque aún queda por resolverse una porción del torneo. Igualmente, el mensaje a captar y el proceso digno de imitar es que, a veces, mucho volumen de trabajo, responsabilidad en las contrataciones y un proyecto sustentable da mejor rédito que esas pompas de jabón, ilusiones finitas que nada bueno le hacen a nuestro fútbol. Tigre es creíble por todos lados. Aunque a veces juegue más y mejor que otras. Vale su sinceridad. ¡Claro que vale!