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lunes, 22 de septiembre de 2008

TIGRE APLASTO A BOCA EN SU PROPIA CANCHA POR UN 2-3. LAS FIGURAS MOREL, ISLAS Y BLENGIO.

Un Triunfo Inolvidable. TIGRE logró un importantísimo triunfo frente a Boca en la Bombobera por 3 a 2, con goles de Morel (2) y Luna. Con este triunfo el "matador" le impidio a Boca conseguir el record.

TIGRE logró una victoria que quedará en la historia, no solo de nuestro club sino del fútbol argentino. El equipo dirigido por Diego Cagna venció a Boca en la Bombonera por 3 a 2 con los goles de Luna y Morel en 2 oportunidades.

Cuando decimos que este triunfo es histórico, es porque los datos y las anécdotas nos dan la razón. Primero porque este el segundo triunfo de TIGRE en la cancha de Boca, el anterior y único había sido el 8/5/49 cuando el “Matador” se impuso por 2-1 con los goles de Olsen y Agotegaray. Y en segundo lugar, porque con este triunfo le corto al club de la ribera una seguidilla de 43 partidos (39 en la bombonera) y le impidió al “xeneixe” lograr el record de partidos sin caídas que sigue ostentando Banfield. Y así se vivió en las tribunas, con la hinchada de TIGRE alentando todo el encuentro y desatando la locura con el pitazo final de Furchi.

El partido arrancó favorable a TIGRE, quien en la primera clara que tuvo convirtió a través de Luna luego de un despeje corto de la defensa de local. Cuando Boca quería empezar a reaccionar un magistral tiro de libre de Morel que dio en el palo y entro, dejó sin chances a Caranta y puso el 2-0 que nadie alcanzaba a comprender, ni los hinchas de Tigre y menos los de la ribera.

El partido siguió con los dirigidos por Cagna manejando la pelota ante la impotencia de los de Ischia y a punto estuvo de ponerse otro gol arriba con un cabezazo de Altobelli que salió al lado del palo. Boca empezó a ir hacia el arco de Tigre más por empuje de su hinchada que por convicción propia y en dos jugadas fortuitas logró convertir. Primero fue el descuento luego de un centro de Palacios que se ceróo e Islas logró desviar pero Viatri atento en el segundo palo mando la pelota para el medio y Battaglia solo la tuvo que empujar. Luego llegó un disparo de media distancia de Datolo que Blanco intento despejar pero solo se la metió en el primer palo de Islas.

Con el partido empatado daba la sensación que se había dejado pasar la oportunidad y de que Boca iba a empezar a manejar el partido, pero nuevamente Morel con un disparo certero dejó a Caranta y Boca otra vez abajo en el marcador.

El primer tiempo siguió con los dos equipos alternándose el manejo del balón y solo se rescató la expulsión de Battaglia luego de una dura entrada a Rusculleda en la mitad de la cancha.

El segundo tiempo nuevamente con TIGRE manejando el balón y tratando de llegar al arco de Caranta; pero la salida por molestia de Luna y el ingreso de Lazzaro no resulto como se esperaba y los dirigidos por Cagan retrocedieron en el campo esperando aprovechar alguna contra. Y tuvimos nuestras oportunidades, primero Lazzaro con un remate lejano que obligó a la estirada de Caranta, al igual que dos remates de Morel que a poco estuvieron de estirar la ventaja del “Matador” sino hubiera sido por la labor del uno de Boca.

Mientras tanto los de Ischia intentaban una y otra vez convertir a través de numerosos centros que buscaban la cabeza de algún delantero, pero claro Palermo no estaba; y solo se puede rescatar un remate de Gaitán rechazado por Islas.

Párrafo aparte, una vez más para la hinchada del “Matador”, que como nos tiene acostumbrado partido a partido colma las tribunas y aporta un colorido y aliento único, que sigue recibiendo reconocimientos de todos los medios y periodistas deportivos del país.

UNA ALEGRIA QUE LLEGA DESPUES DE CASI 60 AÑOS

El bravo equipo de Diego Cagna alcanzó una impensada victoria en La Bombonera, donde Tigre no ganaba desde el 8 de mayo de 1949, aunque en aquella oportunidad el partido terminó 2 a 1 para los de Victoria. Los goles fueron logrados en esa ocasión por Agotegaray y Olsen. Recién llegaban a Tigre Cándido González, goleador marplatense, y el misionero Ernesto Cucchiaroni -ambos fallecidos- éste último después fue figura en Boca y el Milán de Italia. El primero fue uno de los artilleros históricos. En el ascenso de Tigre del 53 hizo 35 goles. Boca cayó en la mítica Bombonera después de 30 partidos y 567 días. La última derrota había sido el 4 de marzo de 2007 ante San Lorenzo, dirigido por Ramón Díaz, por 3 a 0. En 1949 los xeneizes arrancaron mal, perdiendo dos partidos en La Bombonera, donde también le ganó Independiente 2 a 0. Del equipo legendario de mediados de los 40, Boca sólo conservaba al arquero Diano, los defensores 'Perico' Marante y 'Lucho' Sosa, en tanto adelante estaba el 'Atómico' Mario Boyé. Fue un mal año y terminó muy atrás.
Tigre le quita el invicto al Boca Juniors

Luego de 60 años, el cuadro visitante pudo ganar en La Bombonera de Buenos Aires. Con dos goles de Martín Morel, Tigre rompió su maleficio en el estadio La Bombonera de Boca Juniors después de casi 60 años al vencer 3-2 a los boquenses el domingo en la séptima fecha del torneo Apertura de Argentina. Carlos Luna, a los siete minutos y Morel, a los 13 y 32, marcaron los tantos de Tigre, que había logrado su primera y única victoria en la fortaleza xeneize en 1949. Para los boquenses, que perdieron un invicto en casa de 29 partidos, anotaron Sebastián Battaglia, a los 23, y Jonatan Blanco lo hizo en contra de su valla a los 29. Battaglia fue expulsado a los 39. El líder San Lorenzo manda con 16 unidades, escoltado por Vélez Sarsfield y Tigre con 14. Boca, que acumula tres partidos sin victorias, quedó detrás con 11 puntos y esta semana completará un partido pendiente ante Newell's. Tigre dejó mudos a los locales con dos certeros golpes antes de los 15 minutos de juego. Tras un centro desde la derecha y varios rebotes, Luna la clavó con un derechazo de media vuelta. Y luego Morel ejecutó un fantástico tiro libre de derecha que pasó por el costado de la barrera y se metió cerca del poste. Empujado por su público, Boca se fue a la carga con furia y encontró el descuento gracias a un desborde por derecha de Rodrigo Palacio, que envió un centro envenenado. El arquero Daniel Islas alcanzó a manotear el balón, pero por detrás el juvenil Lucas Viatri la bajó de cabeza y Battaglia definió casi debajo del arco. Tigre no pudo resistir la presión y el volante Jesús Dátolo metió el centro desde derecha que Blanco conectó de cabeza contra su propia valla. Parecía cuestión de minutos para que los locales dieran vuelta el marcador. Pero en un contragolpe, Morel sacó un derechazo desde fuera del área y puso otra vez en ventaja a la visita. Poco después, Boca sufrió la expulsión de Battaglia por una dura infracción sobre Sebastián Rusculleda. Boca jugó prácticamente todo el complemento en campo contrario, pero salvo por un remate de Leandro Gracián a los 87 no puso en riesgo la victoria de Tigre.

Partidazo en la Bombonera donde Tigre logró la hazaña (2-3)

Boca se vio sorprendido por Tigre, que jugandole de igual a igual lo superó claramente por 3 a 2. Los de Cagna se pusieron en ventaja con goles de Luna y Morel cuando iban 12 minutos. Boca lo empató por Battaglia y Blanco encontra. Pero nuevamente Martín Morel, la figura de la cancha, redondeó la victoria para los de Victoria.

Hazaña de Tigre en la Bombonera. El Matador venció 3 a 2 a un Boca que volvió a no tener peso ofensivo. Los goles fueron todos en la primera parte, donde pasó de todo. Después Tigre aprovechó el hombre demás y se dedicó a cuidar el resultado.

Tigre no salió a refugiarse en la Bombonera. En cambio buscó el ataque y tuvo recompensa de inmediato. A los 6 minutos Rosano envió un centro desde la derecha, la defensa e Boca despejó corto y Rusculleda metió el balón al área para que Luna la empujara de media vuelta.

Boca continuaba distraído y sin futbol asiciado. El Matador continuó con estrategia de golpe por golpe y en una falta al borde del área, Martín Morel clavó el esférico al ángulo de Caranta, iban 12 minutos y la Bombonera estaba en silencio.

La reacción de Boca no se hizo esperar. Perde en su casa y de esa forma, requería un mayor esfuerzo departe de los de Ischia que lograron descontar en una jugada fortuita Palacio quisi tirar un centro que le salió al arco, Islas no llegó a manotear y Viatri de cabeza asistió a Battaglia que la empujó a la red.

A esa altura, el empate de Boc parecía decretado, Tigre se retrasaba mucho y Riquelme tenía siempre el balón. El 2 a 2 llegaría porque Dátolo remató fuerte sobre el arco, Islas lo tenía controlado pero Blanco metió la cabeza para introducir la pelota en su arco.

Tigre no entendía como había desperdiciado tal ventaja, pero en una contra más, desnudo los problemas defensivos de Boca. Pelotazo de Paparatto, Roncaglia la deja corta y Morel, otra vez, remata violento y pone el balón al palo derecho de Caranta. El Matador se ponía de nuevo al frente del marcador.

Sobre el final de la etapa inicial, Battaglia se pasaría de revoluciones contra Rusculleda y Furchi lo expulsó.

El complemento fue distinto por el gasto físico que ambos habían impuesto en el primer tiempo. Riquelme y Palacio dieron muestras de no estar al cien por ciento de sus posibilidades. Por eso Boca dependió de la inconsistencia de Dátolo.

Ischia recurrió a los cambios, esperando que Gracián le diera aire fresco al ataque. El Tanito estuvo cerca de igualarlo pero Islas se lució en el mano a mano.

Parecía que alguna contra Tigre lo liquidaría, sin embargo, gastó todos los cartuchos en la etapa inicial. Terminó optando por defensder una victoria histórica. Hacía 59 años que el Matador no ganaba en la Bombonera.

El conjunto de Diego Cagna volvió a demostrar que es un serio rival para cualquiera. Jugó un partidazo ante Boca y en su casa y aemás se acomodó bien en la tabla. El xeneize hace tres que no gana y deberá reemplantearse sus objetivos al futuro. Los juveniles así como estallaron para bien, también se apagaron de repente.

Cagna: “No tuvimos miedo de jugarle de igual a igual a Boca”

El entrenador de Tigre, Diego Cagna, aseguró hoy que su equipo jugó su "mejor partido" en el Torneo Apertura al derrotar 3-2 a Boca Juniors en La Bombonera, aunque resaltó que deben ganar el próximo encuentro para mantenerse por la senda del triunfo. "Jugamos el mejor partido por la categoría del rival y por un montón de cosas más. Pero, si no ganamos el próximo partido en nuestra cancha esta victoria no servirá de nada", declaró el técnico en rueda de prensa. Cagna comentó que Tigre hizo "un gran primer tiempo" para sacar diferencias en el marcador y luego lo "aguantó" en el complemento. "No tuvimos miedo a salirle a jugar a Boca de igual a igual desde el primer minuto de juego. Los goles de Boca fueron un acierto porque ellos venían atacando. Rescato que el equipo nunca se descontroló", expresó el ex jugador de Independiente. Tigre quedó a dos puntos del líder San Lorenzo y Cagna dijo que están tranquilos yendo "partido a partido". Por su parte, el atacante Martín Morel, quien fue la figura del triunfo ante Boca al convertir dos tantos, expresó su satisfacción por ganar en La Bombonera. "Es un momento personal muy bueno y estoy muy contento porque en la cancha de Boca no se gana todos los días. Este fue el mejor partido de mi carrera, pero quiero que el próximo sea el mejor", finalizó el jugador.

Para Ischia, "no pasó nada" "A pesar de la derrota estoy tranquilo"

El entrenador de Boca Juniors, Carlos Ischia, aseguró que a pesar de la derrota sufrida hoy en la Bombonera ante Tigre, esta "tranquilo" porque sus jugadores "lucharon" hasta último momento para conseguir el empate.

"Nos sorprendió Tigre de entrada gol de segunda jugada, el segundo gol fue un excelente tiro libre, imposible de ver para el arquero. A pesar de eso el equipo revirtió la desventaja puso mucho coraje, garra y juego", aseguró Ischia. En su análisis del partido, el entrenador agregó que: "Llegamos al empate con una presión constante y dominio total, después ellos se ponen en ventaja nuevamente y a partir de ahí no creamos las situaciones que podíamos haber creado dado el tiempo que tuvimos la pelota". Con relación a la inusual salida de Juan Román Riquelme (le dejo su lugar a Leandro Gracian), Ischia informó que "lo saqué porque no le veía del todo bien". Dejando de lado a su equipo por un momento, Ischia se refirió a la actuación del árbitro Rafael Furchi, a quien le cuestionó algunos fallos "Fueron dos o tres jugadas que me parecieron dudosas. En una reclamé un penal de un jugador que estaba en el piso (Pablo Jerez), ya que estábamos 2-2, y después cuestioné alguna que otras circunstancias", indicó. Por supuesto que entre el reconocimiento a sus jugadores y los reclamos a Furchi, Ischia también tuvo un momento para destacar el trabajo realizado por el equipo dirigido por Diego Cagna. "Tigre fue muy efectivo y por eso se llevó los tres puntos. Ellos se defendieron bien, aunque en algunas ocasiones erramos nosotros", manifestó. Por último, Ischia señaló que: "El equipo luchó hasta lo último con un hombre de menos. A pesar de la derrota estoy tranquilo en otra circunstancias podíamos haber empatado. Ahora tenemos que pensar en el martes (contra la Liga de Quito por la Copa Sudamericana) y el jueves (frente a Newell's por el torneo argentino".

Esta vez, Román no fue intocable

El cambio encendió la polémica. "No lo quise arriesgar", dijo el DT

En la semana se llegó hasta a hablar del tema. Incluso, el propio técnico había manifestado que Riquelme, salvo que lo pidiera, nunca iba a abandonar el terreno de juego. Por eso, sorprendió cuando ayer, a los 34 minutos del segundo tiempo y con Boca en desventaja en el marcador, cuando Ischia decidió el ingreso de Leandro Gracián, el cartel que se vio tenía el número 10. Eso, más allá de que en los últimos partidos se lo observara lento para resolver mentalmente, como embotado, algo que no es muy común en él. De todas maneras ayer, se lo vio bastante más lúcido y colocando un par de habilitaciones exquisitas, de esa que nos tiene acostumbrado. Pero a pesar de eso, la determinación fue que él abandonara el campo de juego. Es que más allá de la gravitación que Riquelme tiene en este equipo, desde el punto de vista técnico, desde lo táctico también está clara la idea de la supeditación a su presencia. El otro capaz de cumplir con ese rol que tiene el plantel boquense, es justamente Leandro Gracián, quien ayer lo sustituyó pero en su caso, hay algunos detalles que lo diferencian de Román. Pero más allá de que Boca se quedara con un hombre de menos, por el hecho de estar en desventaja, Ischia decidió al fin modificar el dibujo -algo que se le recriminó en el clásico ante Independiente cuando Boca tenía ventaja numérica- y dejar solamente a tres hombres en el fondo. Pero la idea de contar con la figura del enganche, estuvo siempre presente.
Además, se lo vio muy participativo en los 40 minutos que pasaron desde la expulsión de Battaglia hasta que él se fue de la cancha. Su ficha personal habla de 31 pelotas bien jugadas y 9 perdidas (lo que representa una efectividad del 77,5%), remató tres veces al arco. Dos de esos disparos salieron desviados y uno de ellos, fue detenido por Daniel Islas. Generó una situación de gol, justamente ese remate que fue cubierto por el arquero de Tigre, tirándose hacia un costado y además soportó una falta. "NO LO VEIA BIEN"
Con relación a su salida primero y lacónicamente, el técnico Carlos Ischia enfatizó que "no" ante la pregunta sobre si Román le había pedido salir de la cancha. Pero más adelante y cuando se le refirió si lo hizo para acallar algunas voces, más precisamente de quienes cuestionaban su condición de "intocable" ("hace el ritmo lento y se cree el dueño del equipo" fueron los argumentos elegidos por quienes sostuvieron esa teoría y algunos otros fueron más allá sosteniendo que "en los tres partidos en el que él no estuvo, Boca consiguió los nueve puntos y con él en la cancha, solamente dos") señaló que "no lo saqué para cumplir con los que pedían eso, sino porque no lo veía del todo bien. Le habían pegado dos o tres patadas importantes. En el entretiempo estaba con un poquito de dolor. Siguió un poco más, tuvo muy buenas intervenciones, cuatro o cinco pases espectaculares, en donde dejó a los compañeros mano a mano. Pero no quise seguir arriesgándolo, teniendo en cuenta que el jueves debe jugar otro partido". Por su parte el jugador, que fue uno de los que se detuvo a hablar con la prensa tras la derrota ante Tigre, eligió "apurar el trago" al manifestar, cuando se lo consultó si se sentía molesto por haber sido reemplazado (algo que las fotos lo muestras claramente) que "es un partido solamente, no hay que dramatizar" pero enseguida, pasó a consideraciones más generales al ponderar que "el rival hizo las cosas un poco mejor que nosotros, por lo menos hizo un gol más. Los dos goles tan rápidos nos sorprendió. Pero hicimos un primer tiempo bueno. Hicimos las cosas bien, lo empatamos, pero en el segundo, con uno de menos, se nos hizo muy difícil. Nos faltó claridad. Pero esto es largo y hay que seguir". Por último y cuando alguien hizo hincapié en el hecho de que se lo vio hablar bastante con el árbitro señaló que "todos le dicen cosas al árbitro, pero parece que el único que hablo soy yo. ¿El penal?, no lo vi". Y se fue rápidamente, poniéndole punto final a una tarde al menos rara para él y con la idea de tener una pronta revancha. La que le ofrecerá el destino dentro de tres días, en Rosario.
Riquelme, así, resta más de lo que suma

Boca cayó frente a Tigre, perdió el invicto en la Bombonera y su responsable creativo volvió a exhibir más fallas que virtudes; fue reemplazado y algunos de sus compañeros ya se sienten condicionados por sus reproches en la cancha

Juan Román Riquelme siempre es noticia. Quizás haya una cuota de injusticia en que su figura resulte foco de debates, pero es cierto, también, que a los virtuosos -como él- habitualmente se les exige más de lo normal. De los futbolistas con categoría y símbolos de sus clubes se aguarda la excelencia. Su alicaído estado atlético y deportivo fue tema de explotación continua durante las últimas semanas; incluso, en la conferencia de prensa del viernes pasado, en Casa Amarilla, el conductor de Boca, Carlos Ischia, se alteró cuando se vio obligado a responder sobre el bajón del responsable de la creación xeneize.

Con la inesperada caída de ayer frente a Tigre, en la propia Bombonera, la merma en el rendimiento de Román quedó mucho más en evidencia. Porque más allá de que las frías estadísticas indican que desde que el hombre nacido en Don Torcuato regresó de los Juegos Olímpicos Boca no triunfó con su presencia en el campo -cuatro partidos: tres empates y una derrota-, muchas manifestaciones de JR hacia sus compañeros comienzan a ser preocupantes y, sobre todo, perjudiciales.

"No hay que dramatizar", reclamó el jugador, de 30 años, no bien consumada la derrota 3-2 ante el conjunto dirigido por su ex compañero Diego Cagna. Pero algunos de sus síntomas públicos son, realmente, para abrir interrogantes. Si bien su clase técnica no está en discusión y con un simple toque dejó a varios jugadores cara a cara con el arquero rival, ayer transitó el césped con cierto fastidio. En cada desacierto de sus compañeros no ocultó su desagrado, con gestos parcos, miradas penetrantes y muecas ampulosas.

Por el momento, en plena competencia, ninguno lo reconocerá públicamente, pero varios integrantes del grupo auriazul se sienten condicionados con ciertas actitudes del número 10. Algunos, sobre todo los más jóvenes e inexpertos, se incomodan con las insistentes indicaciones de Román. Jesús Dátolo, por ejemplo, parece obligado a pasarle la pelota a Riquelme y ello le quita protagonismo y vuelo . Lucas Viatri, asimismo, todavía no logra comprender dónde le llegarán las asistencias del enganche y, ayer, hasta pareció bajonearse luego de algunos reproches del estratego.

Algo está claro: en este estado, Riquelme es perjudicial para el equipo y debería tomar un poco de oxígeno. Ante Tigre fue anticipado en varias oportunidades y sucedió algo poco usual: fue reemplazado en la segunda parte (por Leandro Gracián). Durante su salida no recibió la ovación que suele gratificar sus oídos; incluso el público aplaudió mucho más a Sebastián Battaglia cuando se fue expulsado.

"No me pongo a pensar si a un jugador lo aplauden o no, ésa no es mi función", se irritó Ischia. Pero algo quedó en evidencia: en esta versión, Riquelme resta más de lo que suma. Momento 'crítico' para Riquelme: ¿Hubo quiebre con la afición?

Era lógico que después de una derrota se planteen estas especulaciones sabiendo de que no hubo ovación para el ídolo tras ser reemplazado en el partido con Tigre. Riquelme atraviesa uno de sus peores momentos deportivos y ya lo nota cualquiera más allá de las pasiones. ¿Cómo hay que resolver situaciones como esta en la que un ídolo no pasa un buen momento y las críticas y dudas surjen de todos los sectores?

Que Juan Román Riquelme no rinda como se espera en la selección, no es tanta sopresa. Tenía en su habitat natural (Boca Juniors) la posibilidad de mostrar su mejor nivel.

Aunque también en Boca no está mostrando su mejor versión más allá de los gustos futboleros. Riquelme mostró mejor nivel en Boca que en el seleccionado. Eso siempre. Pero ahora nos ocupa lo que esta mostrando en su club.

Hay un dato curioso que no pasará inadvertido para algunos hinchas de Boca y tiene que ver con la ausencia de victorias desde que Riquelme volviera al equipo tras su participación en los Juegos Olímpicos de Beijing.

Desde que se reincorporó, entonces, Boca apenas pudo lograr 3 empates y una derrota. El 27 de agosto fue protagonista en el empate por 2 a 2 ante Arsenal por la Recopa Sudamericana, pero luego su nivel de juego cayó en una meseta que incluyó la igualdad por a 1 a 1 frente a Independiente y un 0 a 0 con Argentinos, ambos encuentros por el Torneo Apertura.

De todos modos, resultados aparte que pueden ser accidentes del juego, su nivel ha sido muy opaco. Este es el punto. ¿Qué le está pasando al estratega de Boca?.

Otras cuestiones que perturban (de acuerdo a lo que se rumorea) son los inconvenientes internos. A algunos de sus compañeros de equipo les habría comenzado a molestar determinadas acciones del jugador. Ya se ha hablado de estos temas que siempre salen a la luz cuando las cosas van mal y alguna derrota complica más el panorama.

Una de ellas tiene que ver con sus gestos ampulosos ante un error, sus quejas constantes y su fastidio recurrente a la vista de todos, dejándolos a muchos de ellos mal parados ante el público. Esto al jugador no le gusta, y más si el que los realiza también falla. Y muy seguido.

Estas actitudes, señala el matutino La Nación, hacen que sus compañeros se sientan "condicionados (…). Algunos, sobre todo los más jóvenes e inexpertos, se incomodan con las insistentes indicaciones de Román".

"Jesús Dátolo, por ejemplo, parece obligado a pasarle la pelota a Riquelme y ello le quita protagonismo y vuelo. Lucas Viatri, asimismo, todavía no logra comprender dónde le llegarán las asistencias del enganche y, ayer, hasta pareció bajonearse luego de algunos reproches del estratega".

Todos estos son datos complementarios que se brindan desde los medios para generar impacto. Aunque a nosotros nos inquieta el futuro del equipo, sobre todo. ¿Qué hacer con este momento del 10?. ¿Cómo llevarlo con un futbolista de tanta presencia en los medios juegue bien o juegue mal?.

Usted ya sabe y muchas veces disiente por nuestra postura al respecto. Aunque esta vez no es motivo de debate las características del futbolista sino como llevar de la mejor manera este tema sin entrar en un debate de que si el jugador es bueno o malo domingo tras domingo de acuerdo a la actuacion que realice.

Nunca fue nuestro estilo de análisis un resultado transitorio entendiendo que desde la pasión así ocurra. Pero sigamos con el tema de hoy.

¿Qué hacer con Riquelme?. Boca ha invertido una millonada para comparlo y tenerlo en su casa sin pedirlo prestado. Desde que eso se realizó, Riquelme no le ha podido dar mucho salvo alguna alegría dominguera.

Ese es un dato importante. No es una inversión para manejarla así no más. Costó mucho dinero y hay que hacer que vuelva a retomar su nivel (el mejor que pueda tener) para aportar lo suyo.

Ayer, tras el final del partido, desde Urgente24 se destacó lo del cambio porque era la mejor manera de protegerlo en una situación como esta. Ischia hizo bien, dijimos desde este medio.

A veces los entrenadores deben hacer cosas que no les gustan pensando en proteger al jugador en cuestión y porque el equipo puede mejorar con el ingreso de otro.

Hay que entender, que sacar a un futbolista transitoriamente, no es borrarlo para siempre. El probema es cuando a cualquier jugador se le da la categoría de intocable. Quizás ahí se pueda comenzar a entender el porqué hemos sido duros (para el hincha de Boca en especial) con Román en sus mejores momentos. Las críticas en ese contexto pueden ayudar a mejorar.

Ahora nos corremos porque seguramente será el tiempo de las 'aves de rapiña', muy habituales en casos como este. Sólo una cosa: Ahora hay que pensar en como proteger al jugador y mejorar al equipo. De eso se trata la tarea del entrenador por más que de los medios se inste a cualquier otra cosa.

Riquelme con mal de amores

el reloj señala 34 minutos y se levanta el cartel electrónico, con el 10 titilante. No puede ser, tiene que haber un error. Ah, claro, Román le debe haber pedido el cambio al técnico. ¿No? ¿Seguro? Si Carlos Ischia dijo hace tres días que si el enganche no solicita ser reemplazado, él no lo sacaría nunca. Ya habrá tiempo para averiguar por qué lo sacó. Mientras, el jugador se retira del campo. Y no suena el “Riqueeelme/Riqueeelme” de siempre, todo lo contrario. Los aplausos que bajan son tan fríos como la tarde y ¡hasta se escucha algún silbido! El que entra es Leandro Gracián, que tampoco pudo hacer nada para cambiar la historia. Qué tarde rara la de la Bombonera… Mal día. Mucho se habló en la semana del estado del armador de Boca y la Selección. Que tiene que descansar, que él necesita estar siempre; que jugó mal, que estuvo bien… Lo cierto es que ayer Riquelme estuvo errático, desconocido y fastidioso. Protestó ante cada pelota que perdió, tanto que Rafael Furchi lo amonestó por los reclamos e incidió poco en el juego, salvo algunos remates de afuera (uno que le sacó Islas y uno desviado) ¿Y por qué lo había sacado Ischia? “No lo veía bien, le pegaron dos o tres patadas muy fuertes y, como el jueves va a jugar, no lo quise arriesgar. Jugó bien”, dijo el entrenador.
En la tarde en la que empezó la estación del amor, en la Boca hubo una pelea de pareja.¿Se resintió la relación de Riquelme con los hinchas?

La derrota ante Tigre expuso detalles que no se notaban cuando las cosas iban bien. Sus compañeros no aguantan sus actitudes y el público no lo ovacionó

Perder como local en el choque de este domingo, por 3 a 2, marcó no sólo el final de un invicto de 29 partidos en la Bombonera, sino también el incipiente quiebre dentro del plantel en torno de la presencia del ídolo, Juan Román Riquelme. Con el resultado puesto, llama la atención que el jugador se haya retirado de la cancha a los 34 minutos del segundo tiempo (lo reemplazó Leandro Gracián) sin ser despedido por las acostumbradas ovaciones. Esto puede servir como termómetro respecto de la relación hinchas-jugador, algo inesperado e impensado. El problema, sin embargo, no sólo sería externo, sino también interno, puesto que a algunos de sus compañeros de equipo habría comenzado a molestar determinadas acciones del jugador. Una de ellas tiene que ver con sus gestos ampulosos ante un error, sus quejas constantes y su fastidio recurrente a la vista de todos, dejándolos a muchos de ellos mal parados ante el público. Estas actitudes, señala el matutino La Nación, hacen que sus compañeros se sientan "condicionados (…). Algunos, sobre todo los más jóvenes e inexpertos, se incomodan con las insistentes indicaciones de Román". "Jesús Dátolo, por ejemplo, parece obligado a pasarle la pelota a Riquelme y ello le quita protagonismo y vuelo. Lucas Viatri, asimismo, todavía no logra comprender dónde le llegarán las asistencias del enganche y, ayer, hasta pareció bajonearse luego de algunos reproches del estratego".

Los triunfos que no llegan

Un dato curioso que no pasará desapercibido para algunos hinchas de Boca tiene que ver con la ausencia de victorias desde que Riquelme volviera al equipo tras su participación en los Juegos Olímpicos de Beijing. Desde que se reincorporó, entonces, Boca apenas pudo lograr tres empates y una derrota. El 27 de agosto fue protagonista en el empate por 2 a 2 ante Arsenal por la Recopa Sudamericana, pero luego su nivel de juego cayó en una meseta que incluyó la igualdad por a 1 a 1 frente a Independiente y un 0 a 0 con Argentinos, ambos encuentros por el Torneo Apertura. Y ayer fue el detonante, con la caída por 3 a 2 ante Tigre, en la mismísima Bombonera. En cuanto al cambio de ayer, el entrenador Carlos Ischia fue contundente: "Lo saqué porque no lo veía bien. Le pegaron dos o tres patadas muy fuertes (…) No quise arriesgarlo. No pidió el cambio. Lo saqué yo". El jueves, ante Newell's, tanto Boca como Riquelme tendrán la posibilidad de reivindicarse. De ellos depende.

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