El ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, aseguró hoy que no tiene “ninguna duda” que la muerte del represor Héctor Febres, que estaba detenido por violaciones a los derechos humanos en la década del ‘70, “no fue un suicidio”. Fernández formuló declaraciones a la prensa en el Senado antes de participar de una reunión de la comisión de Legislación General de la cámara alta, donde se debate el proyecto de modificación de la ley del nombre para establecer la obligatoriedad del doble apellido. Al ser consultado sobre la muerte del teniente coronel Paul Navone, que era investigado por el robo de bebés durante la dictadura y que fue encontrado sin vida ayer en la localidad cordobesa de Ascochinga, el ministro de Justicia dijo no tener “ninguna información más de la que se conoce, más datos no se tiene”. “En el caso Febres, que me toca de cerca, no tengo dudas que fue muerto, que no fue un suicidio. No tengo elementos pero mi olfato y las condiciones me dicen que no hay dudas pero hay que dejar que trabaje la justicia. Los únicos que pueden comprobarlo son los peritos”, consideró Fernández en torno a la muerte del represor. Febres fue hallado muerto el 10 de diciembre del 2007 en su alojamiento en la sede de la Prefectura en Tigre y la autopsia determinó que había fallecido como consecuencia de ingerir
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario de la noticia: