Tigre apuesta al arte y a la cultura. Réplica del Mural de Siqueiros

La Subsecretaría de Cultura junto a la Agencia Tigre Turismo están preparando la muestra de David Siqueiros que podrá verse desde el 18 de junio en el MAT.

El Intendente de Tigre, Julio Zamora, visitó el avance de obras de la replica del Mural de Siqueiros que se expondrá en el Museo de Arte Tigre.

El Intendente conversó con los artistas que están realizando la obra en un taller de Tigre Centro y sostuvo que “esta obra artística es muy importante porque además de darle valor y empuje a la cultura, tiene el trabajo de numerosos artistas de nuestro partido. Seguimos trabajando para que el vecino sienta a la cultura como un elemento de integración y fortalecimiento de la inclusión social”.

Por su parte, el Subsecretario de Cultura, Juan Vitali, agregó que “la muestra va a ser itinerante, para que pueda llegar a todos los barrios de Tigre, articulando turismo, cultura y educación, a través de su conocimiento en las escuelas del distrito”.

Asimismo, el artista ejecutor, Miguel Bataglia, subrayó que “queremos que esta obra actúe como disparador para que la gente pueda conocer toda la historia que la envuelve”.

La historia del mural

En 1933 la Asociación Amigos del Arte invitó a Buenos Aires, a David Alfaro Siqueiros a dar unas conferencias en su local ubicado en la calle Florida y a exponer sus obras, objetivo que finalmente se concretó el 1º de junio de ese mismo año. Siqueiros presentó entonces unos catorce óleos, cuatro litografías y cuatro fotos gigantes de murales realizados con anterioridad. Siqueiros supo convocar a los jóvenes más talentosos e inquietos de entonces y con ellos conformó el Equipo Polígrafo. Logró también conquistar al director del diario Crítica, Natalio Botana, quien le ofreció, la posibilidad de realizar un mural, dentro de su propiedad. El lugar era en un sótano ubicado debajo del comedor de su mansión, Los Granados, en la localidad de Don Torcuato. El sótano era el refugio privado donde sólo tenían acceso a él Botana y amigos íntimos quienes se reunían allí para jugar al pocker, además de disfrutar una surtida y exclusiva bodega. Estaba ubicado debajo del comedor principal de la mansión y su forma era un rectángulo de techo abovedado de 6,70 metros de largo por 5,30 de ancho. Tenía además dos pequeñas ventanas y una puerta angosta por la que se accedía al final de la escalera. Aunque Siqueiros sostuvo que se realizó sin boceto previo, se han encontrado los dibujos prelimitares donde estaban casi todas las figuras resueltas para ser ubicadas en cada pared y techo. La pintura cubría la totalidad de la superficie de muros, techos y pisos, en total unos 123 m2. La obra fue calificada por Siqueiros como monumental y dinámica, destinada a un espectador también dinámico, realizada en un tiempo record, tres meses, gracias a la técnica de avanzada que se utilizó. El tema: múltiples desnudos femeninos cuyas figuras continuaban entra la pared y el techo o la pared y el piso. La musa inspiradora fue la poetisa uruguaya Blanca Luz Brum, mujer de Siqueiros durante esos años, cuya relación terminó en ese momento.