Buscan al dueño de una droguería que compró 650 kilos de efedrina

El local fue allanado en General Pacheco. La Justicia federal quiere saber el uso que se le dio a ese precursor químico. Y si tiene algún vínculo con actividades ilegales. El comercio estaba desmantelado y al dueño no lo encuentran desde el jueves El operativo estaba a cargo de la Policía Bonaerense. Pero cuando quisieron entrar a una droguería de General Pacheco nadie contestó. Entonces los hombres de Tráfico de Drogas Ilícitas acompañados por gente de la Sedronar, optaron por otro camino: con una orden de allanamiento bajo el brazo, entraron a la firma de Constituyentes 390 y secuestraron documentación sobre compra de efedrina y otros elementos. Sin embargo al que nunca pudieron encontrar es a Jorge Alberto Ochoa, el dueño de esa droguería. Ocurrió el jueves y ahora la Justicia Federal está tras los pasos de este hombre a quien buscan desde entonces para que explique cuál fue el destino de los 650 kilos de efedrina que, según se documentó, el titular de la droguería compró en el mercado local. La droguería de General Pacheco comenzó a ser investigada en el marco de la causa que lleva adelante el juez federal de Zárate- Campana, Federico Faggionato Márquez, quien trata de rastrear la ruta de la efedrina en el país. Las sospechas es que ese precursor químico que se usa para medicamentos podría haber sido desviado hacia el mercado ilegal de la fabricación de drogas sintéticas. Un gran laboratorio de este tipo de droga se encontró el 18 de julio en Ingeniero Maschwitz donde fueron detenidas 10 personas, nueve mexicanos y un argentino. Ahora investiga además si esa "cocina" y los negocios con narcos mexicanos en el país tuvieron algo que ver con los crímenes de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), y con el suicidio de Ariel Vilán, titular de la Droguería Unifarma S.A. Según dijeron fuentes policiales a Clarín, cuando los agentes entraron a la droguería de General Pacheco, "no había gente y parecía como abandonada". Sin embargo vieron que allí había una heladera, un freezer aún enchufado, cuatro pallets (los que se usan para transporte de mercadería) y documentos que certificaban la compra de los 650 kilos de efedrina. Además, había en la empresa papeles y hasta un cartel de otra droguería que fue dada de baja en 2004. El dato de para el allanamiento fue aportado a la Justicia por la Sedronar (la Secretaría de Lucha contra la droga y el narcotráfico). Según fuentes del caso, esa secretaría había hecho allí inspecciones administrativas mucho antes de que se descubriera la "cocina" de Maschwitz. En ese momento, dijeron, el personal encontró "toda las instalaciones preparadas para funcionar, para preparar medicamentos, pero no había mercadería porque no estaba habilitada". Una segunda inspección al lugar fue la que derivó en otras sospechas. Fue, según las fuentes, porque "los informes de confrontación no coincidían; es decir: aquellos a los que decía que le había vendido mercadería no certificaban lo mismo". Después llega la compra de los 650 kilos de efedrina en el mercado local, no importada. El juez Faggionato Márquez espera que Ochoa se presente en el Juzgado para que precise el destino de esa sustancia que se usa en el mercado ilegal para fabricar drogas sintéticas que tienen gran aceptación en México y los Estados Unidos. En esos países justamente está prohibida vender efedrina. Además, por su juzgado, ayer pasó el ex socio de Sebastián Forza y Ariel Vilán, el empresario Martín Magallanes. Según su abogado, Rodrigo González, fue a presentar un escrito "para ponerse a disposición de la Justicia si ésta lo requiere". También estuvo el hermano del suicidado empresario Ariel Vilán. El joven declaró como testigo y contó la relación de su hermano con los hombres asesinados en General Rodríguez. Y contó, además, con qué otras personas tenía relaciones comerciales. Después de su declaración testimonial, se supo que el juez recibirá otra vez en su despacho al único argentino detenido en el laboratorio desmantelado de Maschwitz, Luis Tarzia (61). Quieren que este hombre, que tenía en su teléfono el nombre "Sebastián F." (por Forza), amplíe su declaración indagatoria. Según fuentes judiciales, Tarzia y Forza buscaban droguerías para los narcos mexicanos.