Tigre volvió a rugir

En San Juan, jugando un muy buen segundo tiempo, dio vuelta el resultado y venció merecidamente por 2 a 1 a San Martín. Así volvió a sumar de a tres con goles de Pratto en la primera etapa y Castaño, cerca del final.

Tigre recuperó la memoria, el rendimiento y logró cortar la serie de 8 fechas sin triunfos, triunfando merecidamente por primera vez en tierra sanjuanina. El cambio de esquema, con línea de 4 en el fondo y laterales con mucha proyección, tardó en acoplarse pero a la larga terminó dando sus frutos, haciendo una defensa infranqueable durante toda la segunda etapa por arriba y abajo, y convirtiendo a San Román en una continua carta de ataque por el sector derecho. La primera del partido la tuvo Tigre, de la mano de Ereros quien tomó un envío cruzado en el área pero erró en la definición. Tras esta jugada San Martín fue decidido en busca de hacer diferencia y las dudas comenzaron a aflorar, sobre todo en los envíos aéreos donde los hombres locales aparecían casi siempre en soledad y en una de las primeras que tuvieron, Recalde anotó un golazo de cabeza entrando por el primer palo. Los centros se sucedían, el mediocampo no lograba hacer pie y la defensa parecía desbordarse, desacomodada ante cada embate sanjuanino que hacía sucumbir el arco de Islas y lo transformaba en figura. Tigre comenzó a salir tímidamente, consciente de que generar peligro le está costando, pero así y todo niveló el partido y consiguió las chances para merecer el empate: primero un pase en profundidad a Ereros, que dentro del área eludió a su marca y la picó cruzado ante la salida de Medrán para que la pelota fuera devuelta por el poste; luego, un pelotazo largo que Galmarini, apareciendo por sorpresa, tomó para encarar hacia el mano a mano y fue derrivado dentro del área por el arquero sin que Laverni sancionara la infracción. Esto impulsó a Tigre que se animó a más y ya en los últimos minutos consiguió el empate tras un lateral en el que Rusculleda, de poca pero precisa participación, habilitó a Pratto entre los centrales que tomó la pelota tras una serie de rebotes y definió a la red. El segundo tiempo se jugó al ritmo que impuso Tigre, dominando la escena, territorial y futbolísticamente. Creció la figura de Castaño, haciéndose dueño de la mitad, y así la del resto de sus compañeros, con la conducción de Román Martínez, las proyecciones de San Román y el sacrificio de Ereros y de un incansable Pratto, que no dio una sola pelota por perdida. San Martín chocaba una y otra vez contra Fontanello y compañía, aunque la más clara la tuvo tras una acción en la que convirtió un gol bien anulado por el asistente. Con un planteo inteligente, Tigre aprovechó los espacios y, de contraataque, generó numerosas situaciones de gol. Lo tuvo Pratto en un par ocasiones, lo tuvo Ereros tras una magnífica pared, lo tuvo Rusculleda desde media distancia. El conjunto de Cagna merecía más, pero no lograba plasmarlo en la red. Sobre el final, la expulsión de De La Fuente presagiaba que algo más podía pasar: Pratto presionó la salida de Medrán y logró cabecear con destino de gol su despeje, pero el arquero reaccionó enviando al córner. El centro pasado encontró a Leyes por el segundo palo, quien la bajó al medio para que Castaño la empujara a la red. En tiempo cumplido Tigre se alzaba con una victoria merecida, con una gran segunda etapa que sirve para retomar la confianza en las propias armas y en el camino a seguir de aquí hasta el final.