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martes, 25 de marzo de 2008

Hollywood en Don Torcuato (tercera parte)

De chicas superpoderosas, héroes reciclados y actrices porno. La biografía de su página web oficial la describe como una mujer "optimista y alegre", que tenía el don único de generar sonrisas dondequiera que vaya. Y asegura que las palabras no alcanzan para narrar su encanto, su belleza y su espiritualidad. Héctor Olivera y Lana Clarkson en 1985Otras voces, en cambio, contaron historias mucho más turbias. Un ex representante suyo dijo que sabía manejar "todo tipo de armas, desde pistolas hasta ballestas". Y fuentes citadas por la revista Vanity Fair aseguraron que a principios de los noventa integró el exclusivo catálogo de Jody "Babydol" Gibson, la madama más famosa de Hollywood. Lana Jean Clarkson nació en Long Beach, California, el 5 de abril de 1962. Rubia, de ojos claros, un metro ochenta y pronunciadas curvas, luego de algunos intentos poco trascendentes en el modelaje debutó en la pantalla grande con un papelito en Picardías estudiantiles (Fast Times at Ridgemont High, Amy Heckerling, 1982), película que aunque tiene sus méritos es más recordada por ser uno de los primeros trabajos importantes de Sean Penn y por el topless de Phoebe Cates. Se sucedieron algunas apariciones en films y series de televisión para nada recordables y una participación como extra en Scarface (Brian de Palma, 1983) hasta que Lana Clarkson llegó a Buenos Aires, a fines de 1982, para participar de Deathstalker (1983), la primera de las producciones de Roger Corman en Argentina. Su historia, desde ya, no debería generar demasiado interés. Sin embargo ocupó buen espacio en la prensa de todo el mundo hace cinco años. Entonces surgieron las versiones sobre un pasado oscuro. Y los elogios desmesurados porque, se sabe, nada redime más que la muerte: en las primeras horas de la mañana del 3 de febrero de 2003 Lana Clarkson fue hallada sin vida, con un disparo en la boca, en una mansión de West Hollywood propiedad del legendario productor musical Phil Spector [1]. Las mujeres al poder Lana Clarkson en 'Barbarian Queen' El rol de Lana en Deathstalker fue secundario, casi una excusa para una irrisoria escena de sexo con Rick Hill en el medio del bosque. Pero su siguiente película en nuestras pampas probablemente sea hoy lo más recordado de su carrera: Reina salvaje (Barbarian Queen, 1985, conocida en España como La reina de barbaria), dirigida por Héctor Olivera. El subgénero de espadas y brujerías que reinstauró Conan, el bárbaro (Conan the Barbarian, John Milius, 1982) se puede dividir en dos ramificaciones. Por un lado, las películas de héroes musculosos; por otro, las de heroínas bellas y aguerridas. Barbarian Queen se inscribe en este último grupo, que dominó buena parte de la producción fantástica de Corman en Argentina.

Lana interpreta a Amethea, la prometida del príncipe de la tribu, Argan (el ignóto Frank Zagarino, de prolífica e irrelevante carrera). Pero en el día de la boda sufren un despiadado ataque, en el que mueren a decenas de aldeanos y son secuestrados otros tantos, entre los que se cuentan su novio y su hermana (Dawn Dunlap, que en 1979, siendo menor de edad, se había puesto en bolas en Laura, las sombras del verano). Escenas de 'Barbarian Queen' (click para agrandar)Si vieron el primer video podrán suponer que Amethea sobrevive al fuego. Junto a su amiga Estrild (Katt Shea, que luego escribiría y dirigiría algunas películas para Corman) jura venganza y emprende el camino para liberar a su prometido. Aunque la idea de la mujer que toma las riendas del asunto pueda parecer liberal y feminista al estilo Russ Meyer, en realidad la rubia se mueve en base a una consigna bastante conservadora: la indignación por la cancelación forzosa de su boda. Parece que en este violento mundo hasta las guerreras sueñan con casarse de blanco. Amethea y Estrild serán acompañadas en su aventura por una de las sobrevivientes de la masacre: Tiniara, compuesta -bueno, es un decir- por una extraviada Susana Traverso, que no logra disimular sus problemas con el inglés. Hay otros dos argentinos que tienen una participación de importancia, uno en cada bando: Víctor Bo como Strymon y Armando Capó (Arman Chapman en los créditos) como Arrakur. La película, floja por dónde se la mire, no esquiva ningún lugar común, y las frecuentes coreografías de pelea son bastante deslucidas. Los diseños de María Julia Bertotto y las escenografías fueron recicladas, con algunos retoques, de Deathstalker y The Warrior and the Sorceress (1984). Otra vez, el afiche puede generar expectativas desmedidas. Con todo, Olivera logró una escena, la más bizarra del film, que con los años pasó a ser de culto (en ámbitos muy reducidos, es cierto). La protagonizan Lana Clarkson, que en la ficción fue capturada por los malos, y el argentino Roberto Catarineu, que aporta lo suyo con un inglés pausado y una interpretación excesiva. No será tan célebre como "siempre nos quedará París" o "amo el olor del napalm por la mañana", pero la frase del perverso Karax ("Debés estar muy orgullosa. Estás haciendo una contribución a la ciencia") merece un lugarcito en la historia del cine bizarro.
La participación de actores y actrices locales no se agota en los ya mencionados. También actúan una veinteañera Andrea Barbieri (Andrea Barbizon en los créditos); Matilde Mur, que había tenido acción en películas de Los Parchís; Arturo Noal, legendario stunt men criollo; Arévalo, el de las pulseadas de Sofovich; el infaltable Marcos Woinski. Y hay una aparición de lo más curiosa: Eddie Pequenino, que figura como Eddie Little [2]. Andrea Barbieri, Eddie Pequenino, Víctor Bo, Susana Traverso y Marcos Woinski en 'Barbarian Queen' La película tuvo una secuela (Barbarian Queen II: The Empress Strikes Back, Joe Finley, 1989, título que hace obvia alusión a la segunda parte de la saga de Star Wars), filmada en México. Corman, siempre atento a las autovindicaciones, sostuvo años después que la reina bárbara de Lana Clarkson fue la precursora de Xena, la princesa guerrera, exitosa serie de TV de los noventa. Algo es algo. La mano de Sessa Penelope Reed y Mindi Miller en 'Amazons' Alejandro Sessa era socio de Aries en los primeros ochenta, y su hábil intervención fue muy importante para lograr que Corman instale sus equipos en Argentina. En 1986, bajo el seudónimo de Alex, debutó detrás de cámara con Amazonas (Amazons, también conocida en algunos países como El enigma del talismán). Escenas de 'Amazons' (click para agrandar)La protagonista es Mindi Miller (Windsor Taylor Randolph en los créditos), hija del reconocido stunt de los cuarenta Dave Kashner, y venía de tener una breve aparición en Doble de cuerpo (Body Double, Brian De Palma, 1984). La secundan otras dos rubias, madre e hija en la ficción: Penelope Reed, de quien, por desconocida, nada se puede decir; y Danitza Kingsley [3] como la traicionera Tshingi. Pero el actor más importante de Amazons es Joseph Whipp, con una larga aunque no muy conocida trayectoria en cine y televisión. Sus roles más importantes fueron junto a Wes Craven en Pesadilla (A Nightmare on Elm Street, 1984) y Scream (1996), pero su carrera cuenta casi un centenar de trabajos. Un actor en serio, lo que no es poco para este tipo de producciones. Charles Saunders, autor del guión, no estuvo demasiado imaginativo y le dio fuerte y al medio. La ciudad amazona de Imbissy es atacada por los guerreros del brujo Kalungo (Whipp). En el combate las amazonas son derrotadas y deben replegarse a la capital de su reino. Entonces deciden que Dyala (Miller) y Tashi (Reed) salgan en búsqueda de la espada Azundati, que siempre protegió a su tribu de las amenazas. En el medio hay traiciones, cursilerías, muchos desnudos, (d)efectos especiales y una película flojísima, probablemente la peor de las realizaciones cormanianas en nuestro país. En el blog La abadía de Berzano se puede leer un comentario bastante más completo al respecto.
¿Argentinos? Claro, cómo no. Sobre todo varias caras conocidas de estas producciones: María Fournery, Armando Capó, Esther Velázquez, Marcos Woinski, Anita Larronde, Linda Guzmán, todos en roles bastante marginales. Dos compatriotas se destacan en el elenco, no tanto por su participación en la película sino por sus historias personales. Uno es Jacques Arndt, un tipo nacido en Austria hace casi cien años que escapó del nazismo, habla seis idiomas y tuvo una extensa carrera en el cine nacional [4]. La otra, Noelle Balfour, que algunos recordarán como la ardiente chica de Luna caliente (Roberto Denis, 1985) y otros como la tapa de Playboy de abril de 1987. Tal vez algunos pocos sepan que además fue la traductora que hizo papelones en la cancha de River, durante la primera visita de los Guns N' Roses a Argentina [5]. Jacques Arndt, Noelle Balfour y Armando Capó en 'Amazons' De la segunda película que Sessa dirigió para Corman muy poco se puede decir. No porque El ojo de la tormenta (Stormquest, 1987) no merezca un comentario, sino porque es casi imposible hallarla. Ni siquiera está en el eMule, y la única posibilidad parece ser pagar 20 dólares en eBay por un VHS viejo y sin subtítulos. Por esos misterios de la cinematografía, el film se editó en DVD en Francia con el título de Kimbia, la cité des femmes, aunque según el autor del blog Welcome to Nebalia también allá es difícil de conseguir. Tampoco integra la lista de Bad Cinema Diary. Por lo tanto, después de mucho googlear sólo aparecieron el trailer, un par de pósters y alguna imagen.
Como habrán visto una de las protagonistas es Mónica Gonzaga, que tuvo su momento de gloria en los ochenta con iniciativas meramente comerciales tipo Los bañeros más locos del mundo (Carlos Galettini, 1987). Gonzaga fue la última pareja de Sessa, que murió en julio de 1998, a los 60 años. Los estadounidense al frente del elenco son tan desconocidos como complicado es conseguir la película: la comediante Linda Lutz, Kai Baker, Rocky Giordani, Brent Huff, Dudu Mkhize. Sí, en cambio, se sabe más sobre los argentinos: Roxana Randón, de nutrida participación en teatro y en varias realizaciones televisivas; Pía Uribelarrea, con más de veinte películas en su haber; la ochentosa Ana María Ricci; y, una vez más, Marcos Woinsky, que a esta altura ya podría ser catalogado como el Sarmiento de las producciones de Corman en Argentina. La única reseña que aparece en la web es la de Sandra Brennan en la All Movie Guide. Dice: "Esta aventura fantástica se sitúa en medio de una selva habitada por las temibles mujeres amazonas. Las chicas guerreras tienen un tabú terminante que les prohíbe fraternizar con los varones, y cuando encuentran una del clan con un hombre la condenan a ser ejecutada. Su amante ilícito trata de salvarla con la ayuda de una tribu próxima de guerreros masculinos". Y le coloca una estrella y media sobre cinco. En YouTube hay un video con una breve escena de la película en la que, suponemos, los malos torturan a las buenas. Al menos sirve para conjeturar que no nos estamos perdiendo gran cosa.
Segundas partes bastante buenas John Terlesky, María Socas y Dee Booher en 'Deathstalker II' El director más importante que trajo Corman se hizo cargo de la última coproducción del género fantástico. Está claro que su obra no figurará en los libros de historia. Tampoco integra la lista de autores del exigente Andrew Sarris. Pero al menos adquirió luego, con más de medio centenar de realizaciones, bastante fama dentro del cine de bajo presupuesto. Escenas de 'Deathstalker II' (click para agrandar)Jim Wynorski nació el 14 de agosto de 1950 en Long Island. Trabajó por primera vez para Corman como guionista de Los bárbaros (Sorceress, Jack Hill, 1982), filmada en México. Pero la confianza del rey de las B-movies se la ganó luego de su paso por América del Sur. Le dijo, desafiante, que él podía filmar cualquiera de sus películas de bajo presupuesto de los sesenta en el mismo tiempo en que se había hecho originalmente. Sólo puso una condición: que se actualizara el valor de los costos de la producción de aquella época. El resultado de la apuesta fue Vampiros del espacio (Not of This Earth, 1988), remake de Emisario del otro mundo (Not of This Earth, Roger Corman, 1957), en la que la Traci Lords realiza su primera actuación fuera del porno [6]. Wynorski dirigió en Argentina la continuación de El cazador de la muerte (Deathstalker II: Duel of the Titans, 1987). A pesar del título no se trata de una continuación, porque la historia tiene muy poco que ver más allá del nombre del héroe. La protagonista es Monique Gabrielle, que en ese momento era la novia del director, en una doble interpretación para el espanto. Aunque la rubia trabajó en unas cuantas películas nunca hizo nada realmente destacable. Hace un par de años que parece haberse retirado de la actuación "seria", y algunas versiones sostienen que se dedica al porno casero en su casa de Florida. De los demás yankis del elenco hay poco. Deathstalker no es el original Rick Hill sino John Terlesky, con un perfil canchero, más cercano al Bruce Willis de Duro de Matar que al Schwarzenegger de Conan. El malo a derrotar es John Lazar, que había trabajado con Russ Meyer en Beyond the Valley of the Dolls (1970) y Supervixens (1975). Y también aparece Toni Naples, que siempre fue una especie de versión menos lucida y voluptuosa de la eterna clase B Julie Strain. Deathstalker II fue una de las producciones de menor costo de la serie. Esto se explica, en parte, por la reutilización de recursos. Además del habitual reciclado de las escenografías de los Estudios Baires y de los vestuarios, aquí se suma como nunca antes la reedición de escenas de films anteriores. Es así que aparecen personajes que habían muerto en la primera Deathstalker, como los interpretados por Víctor Bo, Richard Brooker y Arévalo. También hay imágenes de Amazons. De todas maneras logra ubicarse entre lo mejorcito que produjo Corman en Argentina gracias un mérito, casi el único: la película nunca se toma en serio. Marcos Woinsky, Toni Naples, María Socas y Jacques Arndt en 'Deathstalker II' La participación de argentinos es más abundante detrás de las cámaras que delante. Sólo María Socas y Marcos Woinsky tiene papeles importantes y con diálogos, y sobre el final se lo ve a Jacques Arndt. En cambio, en los rubros técnicos aparecen Marisa Urruti (efectos especiales), Marta Albertinazzi (diseño de producción), Leonardo Rodríguez Solis (fotografía) y algunos más que no figuran en los créditos. La saga no se agotó aquí. Hubo una tercera parte, Deathstalker and the Warriors from Hell (Alfonso Corona, 1988), rodada en México. El elenco estuvo encabezado por John Allen Nelson (algo así como el George Lazenby de Deathstalker), luego protagonista de Payasos asesinos del espacio (Killer Klowns from Outer Space, Stephen Chiodo, 1988) y con participaciones en las series Baywatch y 24. Y hasta una cuarta, Deathstalker IV: Match of Titans (1990), filmada en Bulgaria. Esta última entrega la dirigió Howard R. Cohen, que estuvo varias veces en Argentina como productor de Corman, y marcó el regreso del héroe original, Rick Hill, ahora acompañado por Maria Ford. Títulos de la saga de 'Deathstalker' Nos queda la cuarta parte (y última, lo juro, porque esto ya se está extendiendo tanto como la saga de Martes 13). Con datos y testimonios, intentaremos analizar qué aportes hizo a la industria cinematográfica local el paso de Roger Corman por Argentina. ■ Fuente: http://cinematofilos.com.ar/2008/03/hollywood-en-don-torcuato-tercera-parte.html

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